VICTORIANOS CONTEMPORÁNEOS. I. AFINIDAD DE SARAH WATERS Y LA SERPIENTE DE ESSEX DE SARAH PERRY

Este miércoles inauguramos nuestro tradicional Seminario de Julio, en esta ocasión centrado sobre Victorianos Contemporáneos. 

Porqué este título? Pues porque en la tradición narrativa anglosajona, los temas e incluso el estilo literario de las y los novelistas victorianos siguen teniendo un gran peso en autores contemporáneos.

Nuestras dos primeras escritoras son buena prueba de ello. Ambas, con estilos distintos y formas diferentes, nos trasladan con ojos actuales a la época victoriana, eso sí con talento, estilo y originalidad.

Probablemente sea Gran Bretaña el único país que ha revisitado literariamente, con tanta eficacia como talento, el reino de Victoria, la monarca que reinó durante 64 años y marcó todo un espíritu. Y digo revisitado porque no estamos ante novelas históricas situadas en el siglo XIX sino que entramos en la atmósfera, las costumbres, las obsesiones, los miedos y el férreo entramado social que constituyó la época victoriana. Todo ello con una distancia temperada por un sentido del humor muy sutil pero sin evitar los lados oscuros de un tiempo no precisamente muy benigno con la mujer.

        

Sarah Waters                                                           Sarah Perry

Sarah Waters, nacida en 1966, militante LGBTI y fabulosa escritora, aunque no ha sido la primera en adentrarse en el mundo victoriano, más adelante hablaré de John Fowles y A. S. Byatt, sí ha sido pionera en mostrar el lesbianismo en la era pre-Virginia Woolf. 

Tres libros constituyen la magnífica incursión de esta autora en el XIX ingles. Afinidad, El lustre de la perla y Falsa identidad. Las tres perfectas!!! Y así lo han reconocido la crítica y el público de Reino Unido que ha otorgado a nuestra autora, con todo merecimiento, sus más importantes premios literarios.

Pocos escritores han sabido retratar la caída del Imperio británico como lo ha hecho Waters en sus novelas. Ronda nocturna y El ocupante muestran el declive de un país, sobre todo en el plano económico, que se aferra a un antiguo esplendor cada vez más apagado. Soberbia la descripción del casoplón en plena decadencia de El ocupante con fantasma incluido. Y es que el tema fantasmal es un tema muy querido por los ingleses. Hasta el propio Oscar Wilde, que era bastante fantasma, todo hay que decirlo aunque genial, no pudo resistirse a la tentación de crear el suyo propio en su novela corta El fantasma de Canterville.

La última novela de Waters, Los huéspedes de pago, es la personal recreación de Sarah Waters de unos crímenes ocurridos en la década de los 20. La descripción de la casa, ese ambiente cerrado, casi irrespirable muy al estilo Henry James, los espacios, las relaciones entre los personajes, solo puedo decir que Sarah Waters me arrebata en todas y cada una de sus novelas y me considero una entregada fan. Sarah Waters domina como nadie las atmósferas y solo puedo recomendaros todos sus novelas. El añadido lésbico no se convierte en un panfleto sino que casa perfectamente con el desarrollo de la trama.

Os dejo aquí el trailer de la película "El ocupante" de 2018, dirigida por Lenny Abrahamson y protagonizada entre otros por Charlotte Rampling. La película es entretenida pero dista mucho de tener la riqueza y la consistencia del libro.

El ocupante

Sarah Perry, algo más joven que Waters, es una escritora sólida con solo tres novelas publicadas que han sido éxitos de crítica y público en su país natal. Nativa de Essex, noblesse oblige, nos brinda en La serpiente de Essex una novela con atmósfera victoriana, monstruo incluido, tuberculosis, amores imposibles, la medicina, Darwin y mujeres independientes con todo lo que comportaba. 

Vamos a centrarnos en esta parte en el comentario de Afinidad y La serpiente de Essex para luego hablar de otras revisitaciones tan apasionantes como las que comentamos en esta ocasión.

CONTEXTUALIZACIÓN AFINIDAD Y LA SERPIENTE DE ESSEX

Afinidad empieza con una sesión de espiritismo que acaba en tragedia con la muerte de la Sra. Brink, ferviente espiritista hasta tal punto que tiene a la médium en casa, Selina Dawes que tras el barullo acaba con sus huesos en la cárcel. Cárcel donde la conocerá Margaret Prior, visitadora voluntaria con problemas existenciales considerables. 

La cárcel de Millbank existió realmente y era uno de los sitios cuya sola evocación ponía los pelos de punta. 

        

Como véis, su ubicación al lado del Támesis la hacía particularmente húmeda e inhóspita. El tema carcelario fue importantísimo en la era victoriana. Las leyes penales inglesas eran particularmente severas, de hecho Afinidad nos muestra qué tipo de presas eran encarceladas. En un país en el que la pobreza era generalizada pero altamente estigmatizada, quién era pobre era por vago y merecía su suerte. 

Como nos muestra muy bien Waters, a través de las diferentes áreas que visita Margaret, la cárcel era un lugar insalubre, infecto, donde presos, hombres y mujeres, eran malnutridos y expuestos a toda clase de enfermedades.

Las penas de cárcel podían conmutarse por la deportación y así, Australia fue poblada en un principio por los condenados que antes que pasar por una estancia en las cárceles inglesas optaban por la incertidumbre de las tierras lejanas.

Delinquir y la pobreza generalizada aparecen en ambos libros, en La serpiente de Essex, por ejemplo, asistimos al paseo de Charles, Martha, Luke y Spencer por las calles de Londres con su corolario de miseria, insalubridad y desamparo. 

Aquí os adjunto un paseo virtual por el Londres victoriano nocturno. Es un videojuego que reproduce con gran exactitud esta ciudad.

Londres victoriano by night

Gustave Doré, el gran pintor francés recibió en 1872 el encargo de hacer un libro sobre Londres, supuestamente para ensalzar su grandeza y su potencia. El resultado fue todo lo contrario de lo esperado, el libro sentó como una patada ya que Doré no se cortó ni un pelo a la hora de ilustrar la grandísima miseria de ese Londres que, de puertas afuera, era la mayor expresión del dominio inglés pero, que de puertas adentro se convertía en una enorme cloaca donde la gente moría de hambre o en vida. He aquí algunas imágenes:

          

                    

Miseria absoluta, gente en un profundo desamparo y niños por todas partes, sin casa, sin padres, explotados en las fábricas desde los tres años. Dickens mostró muy bien en sus novelas el abandono de los niños y su artera utilización por parte de los adultos.

Flora Tristán, una de las más destacadas pioneras del feminismo y activa reformadora social  publicó en 1840 sus Paseos por Londres que llegó a tener hasta una cuarta reedición. En este libro Flora no deja de escandalizarse por un solo momento de las duras condiciones de vida de la población londinense, especialmente la de los obreros viviendo en condiciones infrahumanas. Flora Tristán, además de ser una feminista que abogó desde bien temprano por la equiparación de derechos a "la mitad de la población" según sus propias palabras, es también la abuela de un pintor genial, Gauguin. Para aquéllos que queráis conocer más acerca de estos dos personajes inclasificables, adelantados a su tiempo y completamente anti-establishment, El paraíso en la otra esquina de Mario Vargas Llosa, un libro perfecto.

                           

               

Hay película sobre Gauguin y está muy bien. "Gauguin. Viaje a Tahítí" dirigida por Edouard Deluc vale la pena por la intensidad de la interpretación de Vincent Cassel, que borda el personaje.

Gauguin. Viaje a Tahítí

El mundo victoriano también conoció grandes avances en la ciencia, sobre todo debidos a la Revolución Industrial que asentó el poderío económico de Gran Bretaña. Pero quizás la verdadera revolución tuvo que producirse en las mentalidades. Efectivamente, me estoy refiriendo a Charles Darwin y la publicación el 24 de noviembre de 1859 de El origen de las especies.

                        

Que los victorianos se olían que el mundo no había sido creado el 24 de octubre a las 9 de la mañana del año 4.004 antes de Cristo como afirmaba el mito de Usher queda palpable en la afición de Cora Seaborne por buscar fósiles en la playa, amonites y demás especímenes.
Darwin no apareció por casualidad, era un gran admirador del geólogo Charles Lyell que ya había fijado el nacimiento de la tierra en millones de años en 1833.
Charles Darwin demostró que todos los seres del planeta estaban ligados pero que su separación geográfica les había hecho evolucionar de forma diferente. El gran corolario, que el hombre descendía del mono lo cual como os podréis imaginar causó muchísima desazón porque, entre otras consideraciones, el darwinismo tiraba un dardo incendiario a los cimientos de la sociedad victoriana.  Si el orden biológico era cambiante, no podría serlo también el orden social?
En La Serpiente de Essex aparece muy claramente esta dicotomía en tres personajes: Cora, darwinista convencida, William Ransome que no quiere abandonar la Fe por la ciencia y en Charles Ambrose que ve en el darwinismo un peligro social.
Como nos ha mostrado muy bien Joyce Carol Oates en Un libro de mártires americanos, la teoría de la evolución sigue cayendo en saco roto para mucha gente que cree en el gran designio divino o el creacionismo, por lo tanto en un orden inmutable creado por Dios.

Coleccionar fósiles era una gran afición victoriana pero también lo era el espiritismo. En una sociedad tan aburrida, pacata y asfixiante como la victoriana, con muchos miedos, con doble moral, doble personalidad, no puedo menos que recomendaros leer El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson, no hace falta ser psiquiatra para entender que este relato corto nos habla de un transtorno psiquiátrico, la personalidad múltiple que es lo que sucedía en la gran mayoría de los hogares de clase media victorianos. 

                 

Este era el hogar que se ensalzaba (en este caso, la reina Victoria con su marido Alberto), sin que sirva de precedente un matrimonio que sí fue feliz.

                   

El segundo cuadro causó gran escándalo porque reflejaba lo que en realidad ocurría, el marido tenía una amante cuando no dos familias directamente. Tanto Wilkie Collins como Charles Dickens mantuvieron una relación paralela estando casados aunque a diferencia de Wilkie Collins, Dickens acabó separándose de su mujer Catherine Hogarth aunque nunca formalizó su relación con la joven actriz Ellen Ternan. Tenemos una hermosa película dirigida por Ralph Fiennes que muestra esta relación cuya salida a la luz por la biógrafa Claire Tomalin causó no poco revuelo. Charles Dickens sigue siendo una figura sagrada y que hubiera tenido una amante y se hubiera portado como un auténtico canalla con su mujer, rozando en el maltrato, no sentó nada bien en líneas generales. La verdad es que tampoco fue un dechado de bondad con Ellen Ternan.

La mujer invisible

La fascinación por Italia es otro rasgo muy victoriano. Isabel Archer en Retrato de una dama se instala en Roma tras un largo periplo por Italia y nuestra Margaret esperaba con ansia el viaje que iba a realizar a Italia con su padre. Será su hermana quien se irá de luna de miel a Italia dejando un gran poso de amargura en Margaret.

El espiritismo y todos los ismos relacionados con la muerte y el Más Allá fueron también uno de los grandes temas de conversación y actuación victorianos. La sociedad victoriana conoció esplendor pero también grandes momentos de crispación. El éxodo rural, la invasión del ferrocarril en el idolatrado campo inglés, véase Lejos del mundanal ruido de Thomas Hardy, un hombre que detestaba la Revolución Industrial por considerarla invasiva y deshumanizante. Si a ello también sumamos el gigantismo de las ciudades, nuevos modos de vivir y trabajar, la incertidumbre económica, las enormes desigualdades sociales y movimientos sociales que cuestionaban de arriba abajo el orden establecido, ya estaba creado el ambiente idóneo para prácticas espiritistas, siempre en manos de charlatanes y charlatanas que veían una fácil manera de enriquecerse.

Incluso Jane Eyre, la gran heroína victoriana, más racional imposible, oye la voz de Rochester llamándola para que acuda a su lado. Y por supuesto, como dice el bolero, "Si tú me dices ven, lo dejo todo", Jane acudirá presta a la llamada del gran amor de su vida, Rochester, el personaje más sexy de la literatura universal. 

           

El espiritismo se tomaba muy en serio y, como bien nos muestra Sarah Waters, había una Sociedad de Espiritismo aunque lo que había sobre todo era mucho truco y mucha parafernalia. Selina Dawes es una espiritista profesional que una sesión trágicamente acabada manda a la cárcel. La manipulación de Margaret por parte de Selina es uno de los puntos fuertes de Afinidad.

NEO-VICTORIANOS: LA ERA VICTORIANA CONTINÚA

Sarah Waters y Sarah Perry no son las únicas autoras que con gracia, chispa, y mucho talento han vuelto a visitar cuál H. G. Wells en La Máquina del tiempo la época victoriana.

En honor  a la verdad, debemos hablar del primero de todos: John Fowles y La mujer del teniente francés. Como a veces sucede con los libros, el éxito de la película homónima oscureció la brillantez de un libro único que fue el primero en adentrarse en los claroscuros victorianos con una mirada contemporánea, lúcida y crítica. En La mujer del teniente francés John Fowles sigue y, al mismo tiempo, critica las novelas de la época. La trama se basa fundamentalmente en la historia de amor entre Charles Wilson, caballero victoriano típico y Sara Woodruff, institutriz deshonrada por un teniente francés. A la trama, bien construida y original, se añaden los comentarios del propio autor sobre la sociedad victoriana, su férrea estratificación social, el impacto de Darwin, los usos amorosos, o el mundo de la servidumbre. Una vez más, un libro de ficción transmite unos conocimientos que pocos libros de Historia pueden proporcionar. Muy recomendable.

Para aquéllos a los que no suene el nombre del autor, una película de 1965 "El coleccionista", dirigida por William Wyler y protagonizada por Terence Stamp y Samantha Eggar narra cómo Freddie, interpretado por Stamp, pasa de coleccionar mariposas a coleccionar chicas que secuestra tras un minucioso seguimiento. La película está basada en una obra de Fowles. Os dejo aquí el trailer de la película.

El coleccionista

             

A. S. Byatt, autora de Posesión, el libro que junto a El cuento de la criada me hubiera gustado escribir. Para mí una obra maestra. Byatt recrea en este libro la vida de Randolph Henry Ash, poeta victoriano laureado y su secreta historia de amor con Christabel Lamotte, poeta reivindicada por las profesoras universitarias especializadas en los Gender Studies (Estudios de Género). Byatt nos brinda un paseo por la vida intelectual victoriana y por la contemporánea, poniendo de vuelta y media a la Academia por su artificiosidad y manipulación de la literatura en los Departamentos universitarios pero sobre todo, en un auténtico tour de force intelectual,  creando a dos personajes formidables, con poesías y relatos incluidos. Todos los lectores de este libro han buscado en Internet Randolph Henry Ash y Christable Lamotte pero... solo están en la cabeza de Byatt.  TOTAL Y ABSOLUTAMENTE IMPRESCINDIBLE.

                              

Michael Faber, holandés afincado en Reino Unido, también ha realizado su muy personal incursión en el mundo victoriano pero esta vez centrándose en la prostitución, un puntal de la era victoriana. Baste decir que en esos momentos había una prostituta por cada veinticinco hombres. La prostitución se nutría sobre todo de la enorme pobreza, de la nula consideración hacia la mujer  y de una vida y moral sexual muy pobres.

En Pétalo Carmesí, Flor Blanca, Faber nos narra las andanzas de Sugar, prostituta desde los trece años que logra, gracias a su tesón y a sus indiscutibles artes amatorias elevarse al pírrico estatus de amante de William Rackham cuya esposa, Agnes, tiene pavor al sexo. 

Este libro, de un realismo sin concesiones, nos brinda un vívido retrato social de la era victoriana poniendo gran énfasis en la condición femenina. Una obra maestra.

La BBC, gran experta en adaptar grandes obras tiene una excelente serie basada en Pétalo Carmesí, Flor Blanca. Os dejo el trailer. Vale la pena.

Pétalo carmesí, flor blanca

        

Por último, Las luminarias de Eleanor Catton. Publicado en 2015, se hizo sin discusión con el premio Booker de ese año. Situado en Nueva Zelanda en 1866, durante la Fiebre del Oro, es una particular aproximación a los Nuevos Mundos que se formaron durante la época victoriana. Mezcla de astrología y racionalidad, es una novela con los modos del siglo XIX pero con la mentalidad del  XXI. Más de una veintena de personajes desfilan por esta obra de 800 páginas que se devora. Un ejemplo más de cómo la novela se reinventa respetando sus ancestros. Una gozada de principio a fin!!!

                   

HBO ha estrenado una serie basada en el libro y debo decir que las críticas no han sido muy allá a pesar de la participación de la autora en el guión y es que hay libros que vertidos en imágenes pierden muchísimo. 

Siguiendo el lema de nuestro Club, 

¡¡¡¡PARA DISFRUTAR SIN MODERACIÓN!!!