lunes, 27 de noviembre de 2023

LAS ALAS DE LA PALOMA DE HENRY JAMES

 


    Henry James, escritor norteamericano de origen pero británico de corazón y culturalmente europeo, es el protagonista de nuestra nueva sesión del Aula de Lectura. De entre su inmensa producción literaria leeremos en esta ocasión  Las Alas de la Paloma, una novela cruel que nos presenta un caso práctico de triángulo amoroso. 

    La mejor manera, a mi parecer, de acercarnos a la compleja personalidad de este autor es a través de dos novelas que, de forma diferente, muestran a un hombre nacido en una familia inmensamente rica pero preocupado por el dinero de manera enfermiza, homosexual reprimido hasta el punto de volverse asexual, amado por las mujeres que lo conocieron pero incapaz de demostrar amor. Tuvo una relación muy compleja con sus hermanos, especialmente con su hermana pequeña, Alice, una mujer atormentada y frustrada por no poder tener una vida activa. 

    Estas dos novelas son, por una parte The Master. Retrato del novelista adulto de Colm Toibin y ¡El autor, el autor! de David Lodge. Dos libros extraordinarios escritos por dos especialistas en Literatura que nos acercan al Henry James real. 

 


 

    El hermano mayor de Henry, William James, reputado psicólogo, defensor a ultranza del pragmatismo como forma de resolución de disputas fue el creador del stream of consciousness (flujo de consciencia), concepto que acuño en su libro Principles of Psychology y que tan buena fortuna literaria tendría en años posteriores. Mrs. Dalloway de Virginia Woolf es un ejemplo literario perfecto. Esta obra cumbre de Virginia Woolf nos narra desde la mente de Clarissa Dalloway los acontecimientos que suceden el día en que Clarissa da una fiesta. Varias historias pasadas y presentes se entreveran en esta narración sin que por ello perdamos nunca el hilo de lo que está ocurriendo. Una novela imprescindible.

    

    Donna Leon, la escritora norteamericana de novela negra afincada en Venecia y creadora del comisario Guido Brunetti, ha expresado su admiración por Henry James a través del personaje de Paola Brunetti, la mujer de este policía que es especialista en la obra de nuestro autor. La saga de Brunetti es muy recomendable, novela negra de la mejor calidad.


    John Banville, el excelente escritor irlandés, decidió escribir la segunda parte de la maravillosa novela Retrato de una dama de Henry James. Se titula La Señora Osmond, y en él, además de escribir de manera excelsa a la manera de Henry James, nos brinda el retrato de una Isabel Archer, herida y desesperada tras su desastroso matrimonio con Gilbert Osmond, visitando un Londres donde encontrará a personas que le devolverán su entusiasmo inicial por la vida. Es una novela fabulosa donde Banville, en la cúspide de su talento narrativo, nos devuelve un personaje de gran complejidad como la heroína de Retrato de una dama. Un triunfo.

    No es la primera vez que John Banville, esta vez travestido en su álter ego, Benjamin Black se decide a revivir a un escritor. Lo ha hecho con La rubia de ojos negros donde literalmente resucita a Raymond Chandler. Si bien La Señora Osmond es un prodigio de escritura y nos hace amar con más intensidad a Henry James, este último libro no aporta nada, ni a la fama de Raymond Chandler, la trama está calcada de cualquiera de los escritos de este, ni a la novela negra que no necesitaba este homenaje tardío que, de hecho, fue un sonoro fracaso editorial. Para compensar, se ha estrenado este año la película basada en este libro: "Marlowe" dirigida por un desmayado Neil Jordan y protagonizada por Liam Neeson, Diane Kruger y Jessica Lange en una actuación impresionante, como ya nos tiene acostumbrados esta veterana actriz. La verdad es que es una película que ni fu ni fa, la pareja protagonista no tiene química y la historia no le llega a la suela de los talones a "Chinatown", la mítica película de Roman Polanski. No obstante, os dejo el trailer por si os pica la curiosidad:

Marlowe

    Y ya que estamos en el cine, la obra de Henry James ha sido prolíficamente llevada a la gran pantalla sobre todo porque retrata una sociedad opulenta, con mucha luz e infinitas sombras donde las actrices y los actores pueden brillar en personajes torturados pero que raras veces mueven un músculo por mor de la educación y las buenas maneras que mantienen cosida con hilos muy tenues una sociedad cruel, materialista y clasista. Las alas de la paloma también tiene película y muy buena aunque una literatura como la de James, de silencios, miradas, pausas y largas descripciones pierde mucha intensidad emocional en detrimento de la ambientación. "Las alas de la paloma", película de 1997, dirigida por Ian Softley y protagonizada por Helena Bonham-Carter, Linus Roache y Alison Elliott es una película primorosa pero indudablemente fría. Trailer aquí debajo.

Las alas de la paloma

    Nuestro libro es, junto a La copa dorada y Los embajadores un análisis de la perversión del amor, la influencia del dinero en las decisiones amorosas y también la descripción del aterrizaje de los americanos en Europa, deslumbrados por la sofisticación y la tolerancia de las costumbres europeas. 

    No debemos olvidar que tratamos ante una aristocracia en ocasiones venida a menos pero que quiere mostrar su superioridad frente a unos americanos de trato más relajado y menos ceremoniosos. Milly Theale, mujer leída, agradable, curiosa y sobre todo muy deseosa de vivir por causa de su misteriosa enfermedad, se verá metida en un triángulo amoroso cuyo malévolo plan es lograr que Merton Densher se case con ella y así heredar su fortuna para que luego Kate y Merton puedan finalmente estar juntos. Todo ello en salones suntuosos y en una Venecia que ya empezaba a llenarse de turistas.

    A estos tres personajes, se les añade la tía de Kate, Maud Lowder, una rica manipuladora, que ha visto a su hermana, la madre de Kate desclasarse en un matrimonio desastroso, Mrs. Stringham, la dama de compañía de Milly, educada en Europa y compañera de internado de Maud pero también desclasada por matrimonio y Lord Mark, un aristócrata muy venido a menos pero con pedigree que Maud Lowder desea casar con Kate.

    A partir de aquí, y partiendo de la premisa de que Milly es inmensamente rica, vamos a asistir al despliegue de seducción de esta joven para heredar su dinero cuando muera ya que padece una enfermedad incurable. Todo muy edificante.

    Y es que Henry James supo retratar como nadie la influencia que el dinero tiene en el comportamiento de las personas. Así, Isabel Archer en Retrato de una dama, se equivoca completamente con respecto a su futuro marido, Gilbert Osmond al creer que es un hombre despegado de lo material cuando es un auténtico lobo disfrazado de cordero y un ave de rapiña de primera.

    La copa dorada es otro ejemplo práctico de amores rodeados de secretos. James nos lleva en esta novela a un mundo ocioso, no parece que nadie trabaje sino que están todo el día de cotilleo e invitándose a tomar el té. En ese mundo de buenas maneras que esconden un terrible cinismo, encontramos a Adam Verver, un millonario americano viudo que con su hija Maggie se dedican a coleccionar objetos de arte en un Londres artificioso y mundano de más. Una individua llamada Mrs. Assingham que vive de cobrar comisiones por poner en contacto ricos americanos con semi-empobrecidos aristócratas, ha concertado el matrimonio de Maggie con Amerigo, un noble italiano arruinado. El proporciona la nobleza y Maggie la pasta. Pero, lo que Maggie no sabe es que Amerigo ha estado enamorado de Charlotte, una amiga de la infancia de Maggie con la que no pudo casarse porque no tenían dinero. Y como lo de trabajar no va con ellos....El caso es que Maggie y Amerigo se casan, tienen un hijo y pronto resulta evidente la atracción mutua entre Charlotte y Amerigo. Maggie intentará un acercamiento entre su padre y Charlotte. Al final, Maggie se quedará con su marido mientras que Charlotte, ya Sra. Verver regresa a Estados Unidos. Todo este jaleo no se expresa jamás, en la narrativa de Henry James todo son silencios, miradas y gestos expresados desde la consciencia de cada personaje.

    En  Las alas de la paloma, por ejemplo, nunca sabremos lo que Milly le ha escrito a Merton puesto que Kate quema la carta y, sin embargo, los acontecimientos posteriores nos revelan lo que probablemente decía esa misiva.

    El simbolismo es también muy propio de la narrativa de Henry James. La paloma que simboliza la pureza de sentimientos de Milly, la copa dorada ligeramente resquebrajada, regalo que Amerigo y Charlotte han elegido para Maggie, en un claro simbolismo sobre la fragilidad de los cimientos sobre los que va a construirse el matrimonio de Maggie y el aristócrata italiano.

    La copa dorada ha sido llevada al cine por el exquisito James Ivory que sabe retratar como nadie los fondos turbios de las clases privilegiadas. Junto a Ruth Prawer Jhavala, su guionista de cabecera adaptaron en 2001 esta novela espléndidamente. Nick Nolte, Uma Thurman, Kate Beckinsale y Jeremy Northam hacen una buena labor pero Angelica Huston como la siniestra Mrs. Assingham, la comisionista de la amistad, está fabulosa. Aquí trailer.

La copa dorada

    También de Retrato de una dama tenemos una excelente película donde Nicole Kidman muestra su buen hacer como actriz pero John Malkovich y Barbara Hershey se comen la película porque saben darle a sus personajes las medidas justas de cinismo, fragilidad y perversidad. La dirige Jane Campion cuyo ojo para personajes atormentados es imbatible (me permito recordaros  "El poder del perro" o "Un ángel en mi mesa", dos películas redondas. Trailer aquí debajo.

Retrato de una dama (1996)

  Permitidme que os deje el clip de una canción famosísima cantada por Liza Minnelli y Joel Gray en la película "Cabaret" (Bob Fosse, 1972) porque su título es, sin duda, una de las más fuertes motivaciones de los protagonistas de las novelas de Henry James. 

Money makes the world go round  

    Y como estamos en un contexto literario, aquí tenemos la poesía de Francisco de Quevedo con la que no fallaremos nunca.

Poderoso caballero es don Dinero, 

Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.Nace en las Indias honrado,

donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
es hermoso, aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Es Galán y es como un oro,
tiene quebrado el color;
persona de gran valor
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Son sus padres principales,
y es de nobles descendiente,
pues que en las venas de Oriente
todas las sangres son reales.
Y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don Dinero.

¿Más a quién no maravilla
ver en su gloria, sin tasa,
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al bajo silla
y al cobarde hace guerrero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos
en las casas de los viejos
gatos lo guardan de gatos;
y, pues él rompe recatos
y ablanda al juez más severo,
poderoso caballero
es don Dinero.

Y es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos,
que con haberle hecho cuartos
no pierde su autoridad.
Porque pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;
y, pues les hace bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra
(mirad si es harto sagaz)
sus escudos en la paz
que rodelas en la guerra.
Y pues al pobre le entierra
y hace proprio al forastero,
poderoso caballero
es don Dinero.

    

    Y es que mucho antes de todos los anarcoliberales que tanto ruido están montando últimamente, Quevedo nos lo dejó claro y diáfano. Y los personajes de Henry James que de anarcoliberalismo no saben nada, tienen muy claro que la única manera de vivir correctamente es o teniendo amigos ricos para ir de casa en casa o teniendo el propio peculio para invitar a los gorrones de turno. Eso sí todos muy educados, tocan el piano (ellas sobre todo) y te aguantan lo que sea con tal de no vivir en el pisito de la hermana de Kate Croy. 

    En el tema gorrones, no os perdáis el documental en tres episodios de Netflix "El caso Bettencourt: el escándalo de la mujer más rica del mundo". Un despropósito de señora, una vida entre pedigüeños de alto voltaje y lo único que se le puede envidiar es una maravillosa isla en las Seychelles. Lo que hubiera hecho Henry James con  todos estos personajes!!! Se le echa mucho de menos...


    Kate Croy que ha sido vendida por su padre a su tía, Merton Densher que no sabe cómo hacerse rico, Gilbert Osborne un vago sofisticado o Chad Newsome o Amerigo y Charlotte, otros dos alérgicos al trabajo que para conseguir vivir a lo grande no dudarán en renunciar a su amor manipulando emocionalmente a los que sí lo tienen.

    Los embajadores es una obra algo distinta. Aunque el dinero es importantísimo, Henry James escribió en esta novela su admiración por una Europa que, a diferencia de los puritanos y tristes Estados Unidos ofrece la dulzura de vivir y la posibilidad de ser libre emocionalmente. Chad Newsome, un joven norteamericano de familia de industriales riquísima, ha sucumbido a esta vida de dolce far niente por lo que su madre manda a Lewis Lambert Strether, su prometido, a buscarlo para que vuelva a los Estados Unidos a hacerse cargo del negocio familiar. Como os podréis imaginar, el embajador sucumbirá también a este modo de vivir tan alejado de la rígida sociedad norteamericana con su amor al trabajo y a la moralidad pero, su fuerza de carácter y el descubrimiento de la cara aprovechada y oscura de esta sociedad tan amigable, le harán volver a Norteamérica con Chad a quien su hermana, que ha venido a rescatar a ambos, amenaza con cerrarle el grifo. Es para mí la mejor novela de James.


   Otro personaje admirablemente construido de Henry James es Catherine Sloper, la protagonista de Washington Square. La historia de una chica feíta, un poco sosa pero llena de sensibilidad y afecto al que su padre el severo Austin Sloper trata como si fuera una tonta. Morris Townsend, el joven que pretenderá a Catherine será rechazado por el Doctor Sloper con el pretexto que solo va tras el dinero de su hija, impidiendo así la felicidad de su hija y condenándola al estigma de la soltería en la difícil sociedad norteamericana del siglo XIX. Henry James, aunque disfrazado de narrador omnisciente, nos muestra los puntos de vista de los distintos personajes, la enamorada Catherine, el ambiguo Morris, el rígido Sloper y el amor de Lavinia, tía de Catherine que quiere la felicidad de su sobrina. El dinero como impedimento para obtener la felicidad en una sociedad desconfiada y arisca donde la alegría, el cariño y el afecto son inexistentes.
    Dos películas, la primera de 1959 dirigida por William Wyler es mi favorita. Olivia de Havilland y Montgomery Clift están impresionantes. De Havilland muestra la sensibilidad y la fragilidad de Catherine admirablemente y Montgomery Clift siempre tiene algo tenebroso que nos hace dudar. La recomiendo de veras porque la película retrata perfectamente esta sociedad gris que el espléndido blanco y negro resalta todavía más.


    La película de Agniezska Holland también está muy bien aunque se titula "Washington Square", refrendando su pedigree literario. Es de 1997 y tiene una concepción más moderna. Jennifer Jason Leigh da la talla aunque los demás son desde luego más blanditos que en la película de Wyler,  sobre todo porque donde la película de 1949 es toda ebullición contenida, la  de Holland es de una adaptación estricta que resta fuerza a la explosiva situación planteada.


Otra novela de Henry James digna de atención es Los papeles de Aspern, una novela mucho más corta de lo habitual en la que Henry James nos presenta a Julianne Bordereau, la última amante de Lord Byron. La novela está narrada en primera persona por un crítico literario del que nunca sabremos el nombre y que está decidido a obtener de Julianne las cartas que le envió Lord Byron. Por supuesto, la acción transcurre en Venecia en uno de esos palazzos espectaculares. Lo que hace esta novela particularmente interesante es que tras Julianne Bordereau se esconde Claire Clairmont, la hermanastra de Mary Shelley quien efectivamente conoció a Lord Byron en la mítica Villa Diodati e incluso llegó a tener una hija con él, Allegra de la que por cierto el ínclito escritor nunca quiso saber nada aunque pagó su manutención. Claire Clairmont vivió toda su vida del cuento de haber sido amante de Lord Byron y haber tenido una hija con él. Como veis, los programas del corazón no han inventado nada. Debajo, Lord Byron, Allegra y Claire Clairmont.


    Las Bostonianas, Lo que Maisie sabía y Otra vuelta de tuerca son otras tres novelas para mí imprescindibles en este recorrido por Henry James.

    Las Bostonianas es una novela donde James no nos muestra precisamente su vena feminista aunque consideraba el movimiento por la igualdad de la mujer como inevitable. En esta novela tenemos un triángulo compuesto por Basil Ransom, un aspirante a político a quien todo esto del feminismo le gusta tanto como a Abascal, Olive Chancellor, prima de este último y ferviente feminista y Verena Tarrant, una joven promesa del feminismo más militante y protegida de Olive. Olive, que siente algo más que afecto por Verena, a quien ve como una guerrera del feminismo y una probable compañera de vida, entablará una guerra sin cuartel contra Basil al comprender que su favorita y él se están enamorando. Ni qué decir tiene que frente a la posibilidad de casarse, Verena pasará del tema feminista, de Olive que la agobia bastante y se largará con Basil al Sur donde vivirá como una Southern Belle sin voz, ni voto, nunca mejor dicho.
    Estemos o no de acuerdo con la imagen que Henry James ofrece de las integrantes del incipiente movimiento feminista norteamericano, la relación entre los tres personajes está soberbiamente descrita. De hecho, se llamará "bostonianas" a aquellas mujeres que vivían juntas, sin hombres en casa. Acabará por significar "lesbianas" aunque no siempre lo eran. Liberarse del yugo patriarcal siempre es complicado...
    Hay película cómo no del tándem James Ivory y Ruth Prawer Jhavala y está muy bien. Interpretada por Vanessa Redgrave, Christopher Reeve y Madeleine Potter, brinda una adecuada adaptación de esta obra.


    Lo que Maisie sabía es la incursión de Henry James en los problemas del divorcio y de una custodia compartida avant-la-lettre. Maisie es una niña de seis años que se reparte entre su padre y su madre seis meses al año. Por supuesto, los progenitores de Maisie están más ocupados en rehacer su vida sentimental y en odiarse mutuamente que en el bienestar emocional de su hija. Los nuevos matrimonios por interés, la sordidez y la hipocresía van a poner en evidencia toda esta desestructurada sociedad. El divorcio es casi lo menos importante de esta obra en la que James denunciaba una estructura social irresponsable solo guiada por el principio de placer y carente del sentido del deber.
    En 2012, Don Siegel y Scott McGehee realizaron la película "Qué hacemos con Maisie?" adaptada al siglo XXI y ambientada en un Nueva York frenético. Está interpretada por Julianne Moore, Steve Moore y Alexander Skasgard. La película no acaba de funcionar, en mi opinión, porque esa hipocresía tan brutal de la época de James no encaja con nuestra sociedad contemporánea donde el divorcio es algo totalmente corriente, rehacer las vidas  muyrespetable, la custodia compartida lo habitual y la responsabilidad parental más desarrollada.  Aún así, se deja ver muy bien.


    Otra vuelta de tuerca es la inevitable entrada de Henry James en la novela de fantasmas, tan querida por el mundo anglosajón. Utilizando la técnica del manuscrito encontrado, James nos narra la historia de una institutriz que se desplaza a una mansión rural donde debe ocuparse de la educación de dos niños, Flora y Miles que a la postre van a resultar algo problemáticos, sobre todo porque la institutriz está convencida que están poseídos por el espíritu de la anterior institutriz y Peter Quint, un antiguo empleado de la mansión que al parecer estaban liados. Nuestra pobre institutriz hará lo imposible por salvar a estos dos niños de tan perniciosa influencia. 
    Henry James retrata aquí la perversión de la infancia, al igual que hace en Lo que Maisie sabía. Y no solo la perversión de la infancia sino también el abandono de unos críos a todos los niveles. No es la mejor obra de James porque el tema le queda un poco alto pero tiene su interés y la crítica psicoanalista ha visto en la institutriz una mujer puritana obsesionada por el sexo. 
    Hay numerosas adaptaciones cinematográficas de este libro. Quizás la más angustiante sea "Otra vuelta de tuerca", película de 2020 dirigida por Floria Sigismondi que incide en los aspectos más góticos de la novela desde una óptica contemporánea. Desde luego los niños dan miedo y el ambiente es terrorífico.


    Si queréis leer una excelente novela de fantasmas, no debéis perderos El fantasma de las palabras de Louise Erdrich. En esta novela, donde Erdrich rinde un precioso homenaje a las librerías independientes y a la suya en particular, Birchbark Books en Minneápolis hay un fantasma, el de Flora, una lectora compulsiva que falleció mientras leía un libro muy particular. Además de ser una lectura deliciosa, gozosa, y una declaración de amor a los libros, es toda una lección de literatura. Aunque algunos de los libros ya los hemos leído en este Aula de Lectura, es un libro de papel y lápiz. Otra joya que nos regala la inigualable Louise Erdrich. De lectura obligatoria.



    No quisiera dejar esta entrada sin hacer referencia a una escritora muy en consonancia con nuestro autor. Me refiero a la inmensa Edith Wharton. No solo eran íntimos amigos, sino también dos creadores que  intercambiaban un montón de impresiones sobre su propia creación. 


    Aunque ciertamente Henry James sea más moderno en su concepción literaria y sus personajes, infinitamente más ambiguos y moralmente dudosos que los de Edith Wharton, esta última supo retratar como nadie una sociedad que se acababa. La Edad de la Inocencia es un libro luminoso, con personajes definidos, siendo además un retrato social exento de la fascinación por los ricos de un Scott Fitzgerald pero de una objetividad y sequedad implacables. Nadie puede escapar del microcosmos social que describe Wharton. Solo hay dos salidas, o adaptarse o morir abrasado, no hay alternativa posible.

    Edith Wharton, mujer extremadamente inteligente y de familia rica, educada con todos los códigos y las convenciones sociales de su época, supo describir en Ethan Frome, un triángulo amoroso entre Ethan, su mujer Zeena y la prima de ésta, Mattie que vive con la pareja para ayudar en las tareas de la casa a Zeena, quien está enferma. Ethan se volverá loco de amor por Mattie. Pero, lo que podría haber acabado en un dramón de no te menees, es, gracias al inmenso talento de nuestra autora, un retrato social, y no precisamente de la clase alta, de una pequeña ciudad imaginaria de Nueva Inglaterra, Starkfield. Es esta una obra que coincide con la excelente tradición americana del paisaje, una constante en la literatura de este país, y es que la naturaleza en los Estados Unidos es apabullante por su grandeza en el sentido metafórico y literal. Pero, esta novela no sería lo que es sin ese análisis implacable del deterioro del amor conyugal y, cómo no, sin la descripción de una pasión volcánica que arrastrará sin remedio a los tres protagonistas de nuestra historia con resultados inesperados. Es una obra maestra, alejada de los círculos exquisitos y frívolos de Nueva York o Boston pero, en su contención, en sus diálogos y en sus brillantísimas metáforas paisajísticas, encontramos a una autora en plena posesión de su talento y de sus facultades literarias. No podéis perderos esta novela!!!

    La casa de la alegría es otra obra maestra de Edith Wharton. Este libro fue un enorme éxito cuando se publicó y precipitó, sin duda, la ruptura matrimonial de Edith llevándola a exiliarse en París a lo que también contribuyó el fallecimiento de su adorado Henry James.

    La protagonista de La casa de la alegría es Lily Bart, una mujer de veintinueve años, soltera pero que desea triunfar socialmente. Su objetivo es, pues, casarse con un hombre rico que le permita introducirse en los mejores ambientes de Nueva York, ya sabemos que el matrimonio era la única manera. Pero, Lily está enamorada de Lawrence Selden, un hombre de condición modesta, que le corresponde pero que acabará por considerarse despreciado. Además del freno que el amor por Lawrence representa, Lily es una mujer indecisa, carente de lo que hoy en día llamaríamos inteligencia emocional, lo que le lleva a dejar pasar varias oportunidades de matrimonio, en su convencimiento de que puede encontrar algo mejor, además de cometer algunas torpezas sociales que la condenarán al ostracismo social. A medida que discurre el libro, Lily acaba integrándose en la clase obrera antes de morir debido a una sobredosis de somníferos.

    Lily Bart es guapa, divertida y tiene todos los requisitos para triunfar en la sociedad neoyorquina, que ya ha hecho el cambio que se advierte en La edad de la inocencia, es decir una cierta apertura social a aquellos que no tengan un apellido de linaje y no dispongan de muchos medios económicos. Sin embargo, Lily fracasa en su intento de ascenso social por su interés exacerbado en lo material, olvidando el verdadero amor en el camino y, al mismo tiempo siendo muy consciente que Lawrence es su mejor opción y, probablemente, la que más desea. Su alianza financiera con un hombre casado que la traicionará y la expondrá a las iras de la alta sociedad marcará el fin de Lily ya que no puede resignarse a no pertenecer nunca más a esa categoría social a la que aspiraba.

    Lily Bart es un personaje equiparable a Isabel Archer pero ésta última, que también comete errores de bulto a la hora de enjuiciar a las personas tiene a su favor su dinero que no la libera realmente de su condición de mujer pero le permite salir algo más airosa, aunque poco, en la consideración social.

    Y después de este paseo por las obras de Henry James y Edith Wharton sigamos con nuestro lema:

    PENSAR LA LITERATURA, PENSAR EL MUNDO.

Y cómo no, la lectura es

    ¡¡¡PARA DISFRUTAR SIN MODERACIÓN!!!