martes, 17 de noviembre de 2020

UTOPÍA DEL SIGLO XIX: FLORA TRISTÁN, EDWARD BELLAMY, SAMUEL BUTLER Y MARIO VARGAS LLOSA

 


 


El siglo XIX es el siglo de las Utopías. Al igual que en nuestro convulso siglo XXI, el mundo estaba cambiando, la Revolución Industrial provocó el éxodo rural, el campo no volvió a ser nunca el espacio que había sido para trasladar toda acción vital hacia la ciudad, megaurbes que surgieron prácticamente de la noche a la mañana albergando una población deseosa de mejorar sus condiciones de vida pero abocada en su mayoría a vivir en la más absoluta de las miserias.
Esto fue particularmente sangrante en el Londres del siglo XIX, dos testimonios absolutamente estremecedores y que revuelven el estómago, Los paseos por Londres de Flora Tristán y los dibujos del ilustrador Gustave Doré.



El trabajo de Gustave Doré debía mostrar en principio la pujanza y el dinamismo de una ciudad como Londres, su magnificencia, su espléndido futuro y su no menos radiante presente pero cuando Doré llegó y vio, se sintió tan absolutamente asqueado por la horrible visión del hambre y la miseria que no pudo sino reflejar las abominables condiciones en las que vivía la gran mayoría de la población. Como os podéis imaginar, fue todo un escándalo.

Flora Tristán, mujer arrojada y sin miedo a nada, no dudó en disfrazarse de hombre para conocer más a fondo ese Londres lumpen y pobre que describió en Paseos por Londres, desde el Parlamento hasta los hogares de los proletarios y los burdeles ingleses, éstos últimos una auténtica especialidad de la época, estéticamente brillante pero éticamente sórdida. 

Metáfora de esto último es el espléndido El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, el eternamente joven y bello Dorian cuyo retrato, escondido en el desván (cuántos desvanes hay en la literatura inglesa de la época!!!) muestra la podredumbre de su alma. Hay película realizada con la pulcritud y el esmero de las producciones cinematográficas británicas. Dirigida por Oliver Parker y protagonizada por Ben Barnes y el siempre eficaz Colin Firth.

Os dejo el tráiler aquí debajo.



EL SIGLO DE LAS UTOPÍAS

Desde que la humanidad tiene capacidad para inventar y crear, existen las utopías. La vida siempre ha sido insatisfactoria para una gran parte de los seres humanos y, siempre han intentado pensar en una sociedad mejor o distinta. Las utopías constituyen también un género literario en sí mismas y, han sido también utilizadas por los historiadores para entender cómo era una sociedad en un momento determinado. Lo que algunos componentes de la sociedad imaginan es sumamente importante para entender el funcionamiento de esa sociedad en un periodo histórico concreto. Un buen ejemplo de ello es Erewhon de Samuel Butler, la arrogancia victoriana convertida en un sin sentido.

La palabra utopía, que significa el no-lugar y que fue inventada por Tomás Moro, en su obra homónima, habla no tanto de una sociedad perfecta, puesto que en ella existe la delincuencia, sino de una sociedad cuya organización tiende a lograr la felicidad de los seres que la componen. 

                       Resultado de imagen de utopía de tomás moro

Ya La Odisea muestra una sociedad utópica, la de los Cíclopes, que no tienen leyes ni asambleas y viven retirados en sus cavernas. Egoístas y brutales, no se relacionan con otros pueblos. También encontramos las Islas Afortunadas que acogen a los mortales y están habitadas por espíritus dichosos o la Isla de los Lotófagos donde sus habitantes comen flores de loto que hacen desparecer las preocupaciones y  que los visitantes pierdan todo deseo de regresar a su patria.

La Atlántida fue también un arquetipo de sociedad ideal. Descrita por Platón, habla de una isla de más de 15.000 km. cuadrados, ubicada cerca del Peñón de Gibraltar. En posteriores obras literarias, la Atlántida alcanzará la categoría de mito. Ahí, la ciencia habría hecho posible  la producción de alimentos y bebidas artificiales, además de desarrollar la telepatía, lo que permitiría la proyección de recuerdos. Podemos afirmar que la Atlántida es un mito que goza de muy buena salud. Regularmente, aparecen nuevas teorías sobre ésta, sobre el cataclismo que la habría destruido, sigue la búsqueda.....

Os dejo un enlace al documental de Canal Historia sobre la ciudad perdida de Atlántida. Disfrutadlo!!!


San Agustín también escribió La ciudad de Dios. Aquí, San Agustín nos habla sobre la reconquista de la inocencia, la armonía y la paz del Edén. Propone una comunidad cristiana idealizada de religión pura y virtud práctica, a la cual pueden aspirar los creyentes (Claeys, 2011). 

El descubrimiento del Nuevo Mundo también propició una gran expansión de las ideas utópicas. Tras la publicación de Utopía de Tomás Moro, un buen número de personas creyeron que las Américas representaban el nuevo Edén en la tierra. Pronto, entre el oro y la inocencia, prevaleció lo primero y nos encontramos con la famosa ciudad de El Dorado, probablemente la más buscada durante la conquista de América. 




Para que veáis la obsesión que tenían los conquistadores con el tema de El Dorado, una serie española que me ha gustado: "Hernán" protagonizada por un Oscar Jaenada, soberbio en papeles de hombres duros. Producción de buena factura, la reconstrucción de Tenochtitlán es increíble!!! Sin despreciar el valor de Hernán Cortés, no obvia todo lo que la palabra conquista implica. Rodada en náhuatl y en otras lenguas de los pueblos amerindios, me parece un esfuerzo muy loable por revisar la historia de América desde una perspectiva respetuosa y sensible. Se puede ver en Amazon Prime.


En la era de Daniel Defoe y Jonathan Swift, nos encontramos con dos utopías distintas, la de Robinson Crusoe (1719) y la de los Viajes de Gulliver (1726) respectivamente. Robinson Crusoe, novela archiconocida, basada en un hecho real, el naufragio de William Selkirk en una isla desierta donde tuvo que arreglárselas para sobrevivir. Robinson Crusoe es un libro de múltiples lecturas, desde  la novela que entroniza la burguesía capitalista  (Watt, 1957)  hasta la que representa un microcosmos del Imperio Británico (Claeys, 2011), sobre todo con la aparición de Viernes, el esclavo de Robinson, que permite a éste tener poder sobre otros y, por tanto, satisfacer los anhelos de todo aventurero imperial. César Rendueles, en su excelente libro Capitalismo canalla nos da su muy particular visión de este personaje y de la legitimidad que éste aporta a las teorías del liberalismo económico. Un libro extraordinario, irónico e inteligente que cuestiona las bondades del capitalismo desde su sustrato literario.




Jonathan Swift utiliza a Gulliver para hacer una sátira despiadada de la sociedad inglesa de la época, en plena transformación, con una pre-revolución industrial en marcha, un crecimiento disparatado y sin control, además de un éxodo rural de proporciones gigantescas, baste decir que la ciudad de Londres triplicó su población. Su obra más famosa Los viajes de Gulliver, pasa revista a una gran variedad de insensateces contemporáneas y su influencia sobre autores utópicos posteriores fue considerable. Tanto Defoe como Swift aluden al contraste entre una vida sencilla (vivida en acuerdo con la naturaleza) y una civilización europea de creciente complejidad.
           



En el siglo XIX, sin embargo, las utopías empiezan a caracterizarse, no tanto por una plasmación de ideas, sino por llevarlas a la práctica, Así, Robert Owen, fundador del socialismo inglés y también Fourier, fundador del socialismo francés realizarían experimentos comunitarios. La aldea fabril de Owen en New Lanark (Escocia) es un ejemplo de esta puesta en funcionamiento de los ideales utópicos. En New Lanark llegaron a vivir unas dos mil personas. Ahí, Owen incrementó los salarios reales, impulsó la educación infantil, puso freno a la ilegitimidad, estableció un fondo contributivo de enfermedad, lesiones y vejez y organizó la aldea en "divisiones de barrio" que elegían miembros para evitar las disputas entre los residentes. Fue un inmenso éxito, se la denominó el "Valle Feliz" (Claeys, 2011). Fue una prueba de que era posible reconciliar los principios capitalistas con el bienestar de los trabajadores. Hoy en día, la aldea de New Lanark es Patrimonio de la Humanidad.



          
Charles Fourier pañero de profesión, perdió su fortuna durante la Revolución Francesa y acabó creyendo que los principales fallos del desarrollo moderno tenían solución por medio de un sistema comunal que girase en torno a un edificio central: el falansterio. Fourier centró su psicología en una descripción de las pasiones, cuya satisfacción había de ser la meta primordial de la vida comunal. El trabajo, en particular, tendría que ser atrayente, pasando de una tarea a otra a lo largo del día, con elaboradas comidas y abundantes entretenimientos en medio. El pago por el trabajo no sería de tipo comunista sino que se repartiría en función del capital, el trabajo y el talento. Su atrevido elogio de la sexualidad vivida plenamente, le granjeó no pocas críticas y censuras, de hecho su libro sobre la sexualidad El nuevo mundo amoroso no fue publicado hasta 1967!!! Muchos ecos de Fourier los podemos encontrar en Mirando atrás de Edward Bellamy.



La comunidad más famosa de fourieristas se situó en los Estados Unidos, Brook Farm, fundada por los transcendentalistas Ralph Waldo Emerson y Henry David Thoreau, junto a Luisa May Alcott, la creadora de "Mujercitas" y Harriet Beecher Stowe, la autora de "La cabaña del Tío Tom".  La comuna fracasó porque, entre otras cosas, estos intelectuales no estaban dispuestos a labrar la tierra ni por turnos. Por otra parte, hubo problemas financieros pero, las comunidades hippies han mantenido vivo el espíritu transcendentalista y fourierista y algunas de ellas como la de Twin Oaks en Virginia y The Farm, en Tennessee siguen en activo, siguiendo estos principios.


       

   
Las tesis fundamentales de Saint-Simon se centran en la necesidad de capacitar a los trabajadores productivos, tanto capitalistas como obreros, para asegurar una transición sin problemas del feudalismo, o estado militarista de la sociedad, a un sistema pacífico orientado a la optimización de la producción. Estaba a favor de una variante pacificada del cristianismo como ayuda al proceso de transformación social. Muchas de las ideas de Saint-Simon fueron desarrolladas por sus seguidores, entre los que encontramos a Auguste Comte y Pierre Leroux (Claeys, 2011).
Debajo a la izquieda Saint-Simon y a la derecha Barthélémy Prosper Enfantin, su sucesor al frente de los sansimonianos.


   

Por último, me gustaría hablaros de Etienne Cabet, autor de El viaje a Icaria. Exiliado en Londres por ser anti-monárquico, Etienne Cabet describió en su principal obra una comunidad ideal basada en las teorías de Owen y Tomás Moro. El gobierno se apoya en el sufragio universal y en la democracia directa, el trabajo es universal, los bienes y servicios son gratuitos y de suministro público y se exige una estricta igualdad. Cabet fundó una comunidad en Red River, Texas, en 1848 y un año más tarde en Nauvoo, Illinois, se trasladó a San Luis en Missouri donde murió. Caracterizan sus ideales un rígido igualitarismo, el rechazo del revolucionarismo violento y unas considerables limitaciones de la libertad individual. 

 
                      


DE LA UTOPÍA A LA DISTOPÍA: EL SIGLO XX


El género literario de las utopías evolucionó en lo que hoy conocemos como la ciencia-ficción donde también se describen comunidades utópicas o nuevas formas de vivir, en general tras una catástrofe en la tierra, sea guerra o hambruna. En mi modesta opinión, la añorada Ursula K. Leguin fue una pionera y sigue siendo referencial para el género. Sus libros son todos obras maestras, es dueña de una sensibilidad y una maestría a la hora de escribir muy poco común en un género que hasta ahora había sido injustamente menospreciado. Sus novelas suelen transcurrir en distintos mundos de Ekumen, una federación compuesta de numerosos planetas. 

Mención aparte merecen dos libros de Leguin: Los desposeídos y La mano izquierda de la oscuridad. Si la primera nos muestra  las posibles formas de gobierno, particularmente la utopía anarquista llevada hasta sus últimas consecuencias,  La mano izquierda de la oscuridad trata sobre un mundo habitado por individuos hermafroditas, lo cual nos sumerge en una vertiginosa y deslumbrante indagación sobre los géneros sexuales y el modo en que condicionan nuestras vidas. Está claro que este último libro tiene muchas resonancias actuales y tiene más mérito si cabe ya que nuestra autora lo escribió en los años 60  cuando el tema trans era muy marginal incluso en los círculos feministas más radicales. 




Y es que ni el siglo XX, ni el XXI creen ya en el progreso de la historia, ni en la bondad, ni en los finales felices. Vivimos en un mundo feroz en lo económico, con desigualdades dignas del Londres de la Revolución Industrial, la Naturaleza está hecha una pena y de ahí que aparezcan estos bichos que nos amargan la vida por lo que, está claro que la distopía nos es mucho más familiar que la Utopía. 

Desde  Un mundo feliz de Aldous Huxley, al que sin duda nos vamos acercando peligrosamente hasta 1984 de George Orwell, que ha sido superado con creces, pasando por  Fahrenheit 451 de Malcolm Bradbury, la temperatura en que el fuego quema los libros, que hoy en día también son a veces prohibidos o sus autores amenazados, pensemos en Roberto Saviano con Gomorra (un libro fascinante). Nosotros de Yevgueni Zamiatin, por ejemplo, no pudo ser publicado en Rusia hasta 1988 por describir una sociedad totalitaria donde la opresión de la clase dirigente sobre la población es absoluta. Libro éste que inspiró a Margaret Atwood su trilogía Madaddam de la que solo disponemos en castellano, y con dificultades, de los dos primeros volúmenes: Oryx y Crake y El año del diluvio. Una trilogía pertinente que también parte de un cataclismo ecológico que favorecerá la aparición de una nueva raza y una forma de vivir distinta para los humanos. Atwood en estado puro y os recuerdo lo que siempre dice: "Yo no escribo ciencia-ficción". Realmente inquietante....



 


Orwell, Zamiatin, Gomorra, Huxley y debajo las clases sociales imaginadas por éste último en Un mundo feliz.



Entre los canónicos de la ciencia-ficción por supuesto Philip K. Dick y su inmortal Sueñan los androides con ovejas eléctricas?. Ridley Scott adaptó esta novela magistralmente titulándola Blade Runner, una película mítica, por la  banda sonora de Vangelis entre otras cosas, debe figurar en toda videoteca que se precie. No dejéis de leer la biografía que nuestro viejo conocido Emmanuel Carrère ha escrito de Philip K. Dick. Es una auténtica maravilla!!! Un prodigio de contextualización de la vida y la obra de un autor visionario que ha entrado, por fin, en el panteón de los grandes escritores.

            


Aquí os dejo el trailer de "Blade Runner":


De Blade Runner 2049, solo puedo decir que aunque formalmente brillante, no hay recreación personal de nada, solo caja.

Por último, dos autores sobresalientes y cuya lectura os recomiendo de veras, el británico China Miéville y el norteamericano Ted Chiang. China Miéville, uno de los pocos militantes anarquistas que quedan en Reino Unido tras los huracanes Thatcher, Blair y Cameron, de Johnson para qué hablar, tiene una obra sólida y extraordinaria. El libro que más me ha hecho disfrutar es La ciudad y la ciudad, una novela negra enmarcada en una ciudad dividida en dos por muros invisibles pero conocidos por la población donde se ha borrado la Historia común de una ciudad que antaño fue una y cuyos habitantes tienen prohibido mirar hacia la parte de la ciudad que no habitan, bajo pena de ser severamente castigados. Es impresionante!!! Novela política, negra, de ciencia-ficción, de lo mejor que he leído nunca!!!

Ted Chiang es otro de esos autores que han logrado plantear los dilemas morales a los que nos estamos enfrentando hoy en día desde la sencillez y la claridad. Autor filosófico pero sin la pedantería a la que nos tienen acostumbrados muchos, su narrativa es poderosa y nos aporta una posibilidad de reflexión sobre el futuro de nuestra sociedad que sinceramente va mucho más allá de lo que por ejemplo Yuval Noah Harari muestra en su fabuloso ensayo Homo Deus. Mi consejo para introduciros en el mundo narrativo de Chiang, leed Exhalación, su último libro de relatos. De verdad que vale la pena!!!





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