El extranjero nos narra la vida de Meursault, el francés que vive en Argelia, lo conocemos cuando su madre ha muerto, mítica es ya la frase que inicia el libro "Hoy ha muerto Mamá" a la que por cierto Daoud da la réplica en nuestro libro "Hoy Mamá sigue viva". Meursault es un tipo al que todo le da igual, de hecho cuando será juzgado por la muerte del árabe, no es este hecho lo que le condenará, sino su actitud pasiva y poco expresiva durante el entierro de su madre. Meursault es un extranjero en su sociedad.
Publicado en 1942, en plena invasión alemana de París, pasó la censura y muestra bien el clima pesimista y enrarecido de una Europa inmersa en la Segunda Guerra Mundial pero también las contradicciones coloniales entre una población local que no tiene nombre, amenazante e incomprendida y una población francesa que domina la estructura de poder. Albert Camus, de modestos orígenes, el sistema escolar francés le brindó la oportunidad de tener de Profesor a Louis Germain, un profesor de primaria que supo detectar muy rápidamente la inteligencia de Albert y que le ayudó a obtener las becas que le permitirían llegar al pináculo filosófico de cuya élite formaría parte junto a Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre y Maurice Merleau-Ponty, los padres del existencialismo. Hay un libro maravilloso que explica muy bien los orígenes del existencialismo pero también las peculiaridades de estos cuatro filósofos a los que los actuales quieren imitar: En el café de los existencialistas: Sexo, café y cigarrillos o cuando filosofar era provocador de Sarah Bakewell. Ultra recomendado porque no solo explica muy bien los fundamentos de esta filosofía, sino también los claroscuros de estas cuatro personalidades irrepetibles. Ni siquiera Zlavoj Zizek llega a su altura, y mira que hace méritos!!!
Sarah Bakewell se dio a conocer con otro libro extraordinario, Cómo vivir una vida con Montaigne, que es la mejor, más original e interesante visión del pensador y hombre de letras francés del siglo XVI. Montaigne está más vigente que nunca y sus Ensayos una fuente inagotable de sabiduría cotidiana. No sé cuál indicaros primero, mejor los dos!!!!
Una de las razones por las que el libro de Daoud ha sido un éxito es porque los libros de Camus siguen estando entre los más leídos. Así, durante este extraño acontecimiento que ha sido la pandemia, Defoe con su Diario del Año de la Peste y el propio Camus con La peste han sido dos de los autores más leídos. No es baladí que estos dos escritores aparezcan juntos de nuevo, pero esta vez en el libro de Kamel Daoud. Así, también hay un diálogo, aunque menos evidente, entre Robinson Crusoe y Meursault, caso revisado.
Robinson Crusoe es una obra que ilustra muy bien cómo la lectura iba siendo uno de los pasatiempos favoritos de la incipiente burguesía tal y como nos explica muy bien Ian Watt en el ya canónico The rise of the novel. Studies on Defoe, Richardson and Fielding, inexplicablemente no traducido al español.
Robinson Crusoe, libro universalmente conocido, todos hemos leído esas versiones expurgadas para niños, es un libro también para adultos donde Robinson no es solo un precursor del capitalismo además de un opresor colonial de mucho cuidado, sino una especie de McGyver en una isla hecha a su medida y muy del gusto de la protoburguesía que se veía retratada en este emprendedor avant-la-lettre.
Michel Tournier, escribió una versión de Robinson Crusoe al revés donde Viernes acaba siendo el maestro y Robinson el no muy conforme aprendiz en uno de los mejores libros de la literatura contemporánea francesa: Viernes o los limbos del Pacífico. Una maravillosa lectura, llena de poesía y con la caña poscolonial necesaria.
Unos años más tarde, un vietnamita que llegó a Estados Unidos como un boat people, escribirá una novela que mostrará cómo los occidentales han robado a los vietnamitas su propia historia de esta guerra infamante. Me refiero a Viet Thanh Nguyen que en El simpatizante muestra cómo El americano tranquilo de Graham Greene o Apocalypse Now han conformado el discurso oficial sobre la guerra de Vietnam, críticas incluidas, en una novela paródica, divertida pero ajustando cuentas con el discurso hegemónico occidental. Hay una segunda parte, El idealista, tan buena como la primera. Dos novelas que explican el poscolonialismo con gracia y salero .
El árabe de Meursault tenía nombre, Moussa y ninguna hermana, sino un hermano, Haroum que va a reivindicar el nombre de Moussa, que nos va a explicar de dónde viene Moussa, de dónde viene él mismo, con una madre omnipresente y una opresión colonial virulenta y real. Temas como la imposición de un idioma, la pérdida de los referentes culturales, la independencia de Argelia o las derivas religiosas, tan nocivas para cualquier país están también en el corazón de este libro.
Edward Said en Orientalismo y Frantz Fanon en Los condenados de la tierra mostraron el significado de perder el idioma, las referencias culturales familiares, el orgullo de los orígenes para someterse a la dominación cultural y económica del colonizador. No es de extrañar que Fanon escribiera este libro mientras estaba destinado en el hospital psiquiátrico de Blida en Argelia donde pudo ver de primera mano la devastación de esa pérdida de referencias culturales. Dos libros indispensables para entender no solo las consecuencias de la dominación cultural impuesta, sino también muchos de los conflictos que asolan países que fueron colonizados. A la izquierda Edward Said, a la derecha Frantz Fanon.
Una novela estupenda, sin pretensiones pero muy eficaz es El arte de perder de Alice Zeniter donde una joven francesa, nieta de un harki (argelino que luchó con los franceses en la Guerra de Independencia), se interroga sobre la huida de Argelia de su abuelo y cómo se forman los secretos familiares que emponzoñan la vida de todos. Es un libro que narra el dolor del exilio, de lo que no se dice, en definitiva, de la vida de los que deben aprender a perder, además de ofrecer desde una perspectiva de familia, un libro que desmonta muchos tópicos infamantes sobre los harkis. Un libro profundo y ligero a la vez que emociona. Muy recomendable.
La guerra de Argelia, a pesar de ser un episodio doloroso, de haber aportado bastantes tensiones sociales, el desembarco de los Pieds-Noirs, traumatizados por estar en el país de origen pero siendo un francés del montón y en muchas ocasiones habiendo perdido sus posesiones, crearon cierta inestabilidad y malestar social. El cine ha dado un buen reflejo de esta guerra por ejemplo el grandísimo Gillo Pontecorvo en su película "La batalla de Argel", una película narrada desde el punto de vista anticolonial y de clase y con la estupenda banda sonora del genio Ennio Morricone. No fue una película exenta de polémica ya que fue encargada por el Gobierno argelino salido de la Guerra de la Independencia, lo que no le impidió ganar el Oscar a la mejor película extranjera. a pesar de los galardones y de ser considerada una obra maestra, su estreno en Francia se demoró durante bastante tiempo. Polémicas aparte, es para mí la mejor película sobre esta guerra, pero ante todo un alegato contra el colonialismo y sus destrozos. Todo buen cinéfilo debe verla. Os dejo el trailer.
Bertrand Tavernier también es el director de un documental que causó cierto revuelo: "La guerre sans nom" (La guerra sin nombre), donde antiguos combatientes de la guerra de Argelia expresaban sin tapujos sus traumas, su regreso a Francia, su frustración, su tristeza. El día de su estreno en París en 1992, la policía tuvo que acordonar el cine porque militantes de extrema derecha se manifestaron exigiendo la retirada de un documental que no ensalzaba el valor de los combatientes franceses.
Del aprovechamiento que hizo Francia de los argelinos para combatir con las tropas francesas durante la Segunda Guerra Mundial, habla otra excelente película "Indigènes" (Indígenas), dirigida por Rachid Bouchareb en 2006, protagonizada por grandes actores franceses de origen argelino como Sami Bouajila o Jamel Debbouze. En esta película, que transcurre durante la Segunda Guerra Mundial, se muestra muy bien el racismo de los mandos franceses hacia los soldados argelinos y marroquíes que combatieron por un país que ni siquiera conocían, se lo habían impuesto. El título lo dice todo. Por supuesto, también se montó un pollo y es que cuando las verdades se dicen a la cara..... Trailer aquí debajo.
En 1996 fueron secuestrados en las montañas argelinas, un grupo de monjes trapenses que llevaban años viviendo ahí, en armonía con la población musulmana con la que mantenían lazos no solo amigables, sino también económicos. En plena Guerra civil argelina, son secuestrados por fundamentalistas islámicos que, huyendo del ejército, deciden atrincherarse ahí. Este hecho real, que acabó con la ejecución de siete de los monjes a manos de los yihadistas, está en la base de la película "De dioses y hombres", dirigida en 2010 por Xavier Beauvois. Uno de los mayores éxitos de la historia del cine francés, película multipremiada y que cuenta con unos actores que lo bordan, entre otros Lambert Wilson y Michael Lonsdale. Una película que muestra las diversas caras de la Fe. Excelente.
En lo de ignorar nombres o directamente cambiarlos, tenemos una autora que nos mostró la otra cara de la moneda de la novela Jane Eyre. La valiente fue Jean Rhys en El ancho mar de los Sargazos donde conocemos la verdadera historia de la loca del desván, Bertha Mason, la mujer de Rochester que este ha encerrado porque su perturbación mental la convierte en un peligro. Pues bien, sabemos que Bertha Mason no se llama así, eso se lo ha impuesto Rochester y el hermano de nuestra protagonista, James, sí, el mismo que el día de la boda se presenta ahí a destrozarle la vida a la pobre Jane, revelando el secreto mejor guardado de Thornfield Hall: Rochester está casado!!! La Bertha Mason, de terrorífica risa y anhelos incendiarios es en la novela de Jean Rhys una joven criolla alegre, despreocupada, sensual cuyo verdadero nombre es Antoinette Cosway con la que Rochester se casa por dinero y que luego aborrece por no ser una damisela victoriana (Jane Eyre tampoco lo es, que conste). De ahora en adelante, reivindiquemos este nombre aunque sigamos colgados de Rochester. Un libro con perspectiva de género y poscolonial escrito por una autora excepcional. Lectura obligatoria.
Un escritor argelino fabuloso es también Boualem Sansal, que, al igual que Kamel Daoud ha tenido muchos problemas con los fundamentalistas que querrían convertir Argelia en una teocracia patriótica. Un libro imprescindible para comprender las derivas religiosas de Argelia es 2084 El fin del mundo, de claras reminiscencias orwellianas. En este libro, Sansal nos narra el despertar de las dudas de Ali en un mundo totalitario donde se ha borrado la memoria colectiva. Es un libro brutal, que nos explica muy bien los engranajes de la sumisión mediante una escritura muy deudora de los cuentos de las Mil y Una Noches, lo cual no lo hace menos horrible.
Toda la obra de Sansal gira en torno al problema de la sumisión y de los mecanismos que la permiten, de la alienación, especialmente la religiosa, máxime cuando es utilizada para igualarla a cuestiones patrióticas. Es un escritor extraordinario que merecería mucha mayor difusión porque lo que nos cuenta es una deriva cada vez más presente en nuestras sociedades.
Muy en consonancia con este autor, aunque desde puntos de vista totalmente diferentes encontramos a Michel Houellebecq, que en su libro Sumisión plantea la elección como Presidente de Francia de un musulmán, en principio moderado. Una vez ha tomado posesión del cargo, las cosas cambian considerablemente. En el plano económico porque Ben Abbas, el nuevo Presidente, decide prescindir del liberalismo económico imperante para imponer una economía "real", basada en pequeñas empresas familiares, las mujeres ya no pueden trabajar con el fin de reducir el paro masculino y la enseñanza queda en manos de las petromonarquías. El libro es terrorífico porque tal y como describe Houellebecq el desarrollo de este proceso político, todo es absolutamente creíble.
Houellebecq siente un gran desprecio por el Islam que en su libro Plataforma describe como "una religión estúpida". Hace poco tuvo que pedir públicamente disculpas al Imán de París por haber calificado todos los musulmanes como criminales. Y es que el juicio del atentado al Bataclan removió mucho anti-islamismo. Ha sido un proceso larguísimo, para aquellos que leáis El País, Emmanuel Carrère escribía una página semanal relatando los pormenores del mismo ya que acudía como enviado especial de la revista Le Nouvel Observateur. Carrère publicó el año pasado un libro titulado V13. Chroniques judiciaires donde recopilaba todos estos artículos pero no como recopilación sino como un libro donde lo periodístico y lo literario se funden como sabe hacer muy bien este autor. De él, lo recomiendo todo. Es formidable.
Houellebecq, con todos sus excesos, me parece un escritor imprescindible para conocer nuestra época, la verdad es que cada vez más, por mucho que nos molesten sus libros. Al fin y al cabo, la literatura sirve para eso, para molestar, cuestionar y ponernos en frente de nosotros mismos. Y Houellebecq es todo un maestro en este arte.
Siguiendo nuestro lema:
PENSAR LA LITERATURA, PENSAR EL MUNDO.
Y cómo no, la lectura es
¡¡¡PARA DISFRUTAR SIN MODERACIÓN!!!