lunes, 17 de octubre de 2022

VOLVER A CASA DE YAA GYASI (PENSAR LA LITERATURA, PENSAR EL MUNDO)

     La esclavitud ha sido la base económica de numerosas sociedades desde la Antigüedad hasta nuestros días. El Imperio romano sostuvo su economía sobre el trabajo de miles de esclavos. No cabe duda que el pensamiento cristiano tenía que ser eliminado ya que atentaba al mismo sustrato económico del imperio. 

    Africa, sin embargo, ha sido esquilmada desde épocas muy tempranas. Fue siempre un caladero de mano de obra para todos los imperios que desde la Antigüedad han sido. 

    Y a Africa nos vamos de la mano de una escritora muy joven pero que muestra un talento fuera de lo común, en especial para mostrar las vicisitudes de la esclavitud, y no solo en los que fueron enviados a las plantaciones de Estados Unidos, sino también en los que se quedaron. Me refiero a Yaa Gyasi cuya primera novela Volver a casa causó gran impacto entre los historiadores de la esclavitud, hasta el punto que esta novela es hoy en día referencia en el tratamiento de la historia de los afroamericanos.     

    Nuestro libro, de escritura sencilla pero precisa, se estructura en una narración paralela originada en las distintas vidas de dos hermanas: Effia y Esi. Una se quedará en Ghana y la otra será capturada y vendida a los británicos como esclava. A partir de esta premisa, asistimos a la vida de los descendientes de una y otra, moldeados por la corriente de la Historia hasta cuando se cierra el círculo final y las dos hermanas vuelven a unirse.

    Yaa Gyasi es una escritora que sabe leer y aunque pueda parecer una perogrullada no lo es. Es más, no tengo claro que muchos escritores amen la literatura pero creo que en el caso que nos ocupa, sí nos encontramos ante una. Más allá del reino, su hasta ahora segunda novela publicada es una novela íntima sobre una madre y una hija enfrentadas de modo distinto a su propia negritud. Y si empezaba este párrafo por lo de novelista lectora es porque Gyasi hace en este libro una muy interesante reflexión complementaria a la que plantea en su fantástica novela Americanah Chimamanda Ngozi Adichie. Hay libros que narran una historia estupenda y también los hay que cambian la forma de mirar el mundo, me atrevería a decir que Americanah combina ambas cualidades. Aunque su núcleo lo constituye la historia de amor entre los dos protagonistas, Ifemelu y Obinze, dos jóvenes nigerianos cultos y en cierta manera culturalmente occidentalizados que emigrarán a Estados Unidos y Reino Unido respectivamente, es sobre todo una inteligentísima reflexión sobre las cuestiones raciales que abarca tres continentes, además de incidir en el concepto de identidad, o el significado de la pérdida y el desarraigo. Chimamanda retrata de una manera magistral las relaciones que Ifemelu y Obinze tejerán en dos países de cultura diferente y disecciona con bastante mala uva las relaciones que la élite académica occidental establece con lo que podríamos definir como emigrantes académicos,  a los que se acerca con una prepotencia y un cierto desprecio velado que es ni más ni menos lo que se define como microracismo.     Pocas veces me ha parecido una novela más necesaria porque como decía al principio, nos pone ante nosotros mismos y todo ello envuelto en una narración entretenida y tragicómica que no puede dejar de leerse. 

                        

    En Volver a casa Yaa Gyasi aborda todos los problemas a los que se han enfrentado africanos y afroamericanos a lo largo de su historia. Desde los conflictos tribales, que las potencias colonizadoras supieron utilizar muy bien en su provecho, hasta la infamia de los mismos africanos colaborando con el invasor británico, pasando por la esclavitud y la degradación a animales de los esclavos en las plantaciones pero también el mito colonial de la sexualidad desbordada de las mujeres negras. Así, los ingleses destacados en Costa del Cabo no dudan en aprovisionarse de mujeres fante con las que hacen un simulacro de matrimonio. La sexualidad voraz de hombres y mujeres de color es una constante del imaginario erótico occidental, versión racista. 

    Los estragos de la droga en la comunidad afroamericana son también reflejados en esta poderosa novela. Así, Sonny caerá "por amor" en una adicción que le acompañará toda su vida. La serie The Wire, aclamada como la excelente serie que es, nos muestra la degradación social y económica de la ciudad donde nació y vivió Edgar Allan Poe, Baltimore. En esta serie, que por momentos es casi un documental, se ve muy claramente que aunque todas las razas consumen, los afroamericanos van a ser la población más afectada, la que más cárcel conocerá y la que ve en el comercio de la droga una salida para escapar de una vida precaria y una sociedad económicamente injusta, ni más ni menos que en cualquier barriada de Medellín. Una serie muy recomendable.


Otro de los temas que nuestra autora aborda es del "passing", aquellos negros que por las carambolas genéticas parecían blancos y en algunas ocasiones optaron por vivir como blancos ante el oprobio constante de ser negro. La inventora del passing fue Nella Larsen, una de las figuras más prominentes de lo que se dio en llamar el Renacimiento de Harlem y autora de una novela que habla exactamente de eso titulada en ingles Passing y traducida al español como Claroscuro. En esta novela, de gran complejidad y sutileza psicológicas, Larsen pone frente a frente a dos mujeres, negras con la piel muy clara para quienes el passing tiene objetivos diferentes. Para Irene Redfield casada con un prominente médico negro y figura social en la comunidad negra de Harlem, hacerse pasar por blanca representa una incursión por lugares en los que no podría entrar con un color diferente de piel, tiendas, cafés, restaurantes mientras que para Claire Kendry es simplemente una cuestión de supervivencia. Casada con un racista blanco,  que la trata como una muñequita, es un personaje valiente y que lo tiene claro: de ninguna manera quiere ser negra. Esta novela, publicada en 1929, causó cierta polémica pero fue un éxito de ventas y un legado de incalculable valor sobre el peso de la raza. Debajo de Nella Larssen, os pongo la fotografía de Alvera Fredric quien toda su vida se hizo pasar por blanca. Su hija, la periodista Gail Lukasik se quedó de piedra cuando en una investigación para escribir un artículo sobre este tema descubrió que su propia madre provenía de una familia negra de Nueva Orleans. Lo contó en el libro White like her: my Family's story of Race and Racial Passing. Alucinante!!!!

 




La película Passing es muy notable. Escrita y dirigida por Rebecca Hall y soberbiamente interpretada por Tessa Thompson y Ruth Negga, es muy fiel a la novela pero te deja helada. 


Si Passing es ficción, Alexandra Lapierre  nos narra la historia real en el libro homónimo de Belle Greene, la que fuera bibliotecaria durante cuarenta y tres años de la Morgan Library. Toda la familia de Belle Greene, incluida su madre, hizo el passing. El libro de Alexandra Lapierre muestra cómo la familia Da Costa Greene que se hacía pasar por descendientes de portugueses para explicar el ligero tono dorado de la piel vivió siempre con el miedo a ser descubierta y, por supuesto, solo una hermana se atrevió a tener un hijo porque la sorpresa podía ser mayúscula. Belle Greene compensó el miedo cerval que la habitó toda su vida con un estilo de vida desenfrenado y lujoso y una casi integración en la alta sociedad blanca. Su sobrino, prometido con la hija de una acaudalada familia se suicidó cuando su futuro suegro descubrió el pastel. La muerte de su sobrino destrozó a Belle Greene. Una historia horrible. 
Belle Greene y los múltiples tesoros de la Morgan Library. Buena parte de ellos se debe a esta extraordinaria mujer.


  

    Britt Bennett, una de las novísimas de la literatura contemporánea actual también se ha centrado en el passing en su novela La mitad evanescente donde dos hermanas negras de piel clara huyen de su pueblo tras el linchamiento de su padre. Mientras una optará por vivir su negritud, la otra preferirá vivir como una blanca. La hija de una de ellas acabará por saber toda la verdad. Es una novela muy bien escrita, donde los malos tratos y el siempre candente problema de la raza en Estados Unidos aparecen muy bien perfilados. Vale la pena.

           

    El libro La mancha humana también nos depara alguna sorpresa sobre negros que parecen blancos en un giro de la trama muy del gusto de Philip Roth. No puedo revelar más porque sería un spoiler imperdonable y creo que es un excelente acicate para leer un libro esencial de la literatura occidental.

    Por cierto, para los amantes de Philip Roth y sus problemas con las mujeres, una película estupenda: Tromperie con Denys Podalydès en el papel del escritor dirigido por Arnaud Despleschin. Para muy fans del escritor.



    Yaa Gyasi junto a Colson Whitehead y Britt Bennett han venido sino a destronar, sí a complementar desde una mirada contemporánea a la gran dama de las letras afroamericanas Toni Morrison y al impresionante James Baldwin. Estos dos escritores retrataron como nadie lo había hecho hasta ahora la opresión, la desigualdad y la injusticia sufrida por la comunidad afroamericana desde tiempos de la esclavitud.    

James Baldwin ha sido muy justamente reivindicado recientemente no solo desde un punto de vista literario sino también social. Lo cierto es que su homosexualidad fue un lastre en su combate y, de hecho, vivió prácticamente exiliado en Francia. Otro país, El blues de Beale Street o El cuarto de Giovanni son algunas de sus novelas más conocidas pero es en su producción ensayística donde Baldwin analiza de forma lúcida la situación de los afroamericanos en una América que no les reconoce ningún derecho más allá de servir, cantar o ser el bufón particular de los blancos. Cada frase de Baldwin es un aldabonazo contra el racismo, la homofobia y la intolerancia.


    Raoul Peck, un excelente director de cine pero sobre todo un activista por los derechos de los oprimidos ha realizado un documental maravilloso donde da la palabra a James Baldwin para explicar la lucha por los derechos civiles de los negros americanos. De visión obligatoria.


    Por cierto, hablando de Raoul Peck, además de  la película "El joven Karl Marx" que es una inmersión didáctica y amena sobre los años de formación del autor de El capital, también recomiendo  otro documental de este director llamado y nunca Conrad pudo ser mejor citado "Exterminad a todos los salvajes" donde Peck aporta su muy particular visión de la historia de los no blancos.



ESCRITORES NACIDOS DE LA ESCLAVITUD:

Tres esclavos liberados, Olaudah Equiano, Frederick Douglass y Phyllis Wheatley que aprendieron a leer y escribir durante su esclavitud animados por amos que supieron ver en ellos una inteligencia fuera de lo común. Los dos primeros fueron los mayores divulgadores de las ideas abolicionistas y los tres son los primeros representantes de la literatura afroamericana.

Primero Olaudah Equiano, seguido de Frederick Douglass y por fin Phyllis Wheatley.

     

            

                  
    Olaudah Equiano, llamado primero Gustavo Vassa, como insulto al rey sueco, fue comprado por Larry King, un naviero que le enseñó a leer y escribir. Liberó a Olaudah por demostrar éste sus grandes cualidades como negociante. Reconvertido en marinero, viajó por todo el mundo. Publicó Narración de la vida de Olaudah Equiano, el africano, escrita por él mismo. Autobiografía de un esclavo liberto del siglo XVIII que causó gran impresión en el momento de su aparición y fue decisivo en los progresos de la causa abolicionista. Radicado en Londres, disponiendo de una buena fortuna, se casó con una blanca y falleció en Inglaterra.

    Frederick Douglass, él mismo esclavo fugitivo, de perfil más político y militante que Olaudah Equiano, dedicó toda su vida a la denuncia del sistema esclavista. Orador dotadísimo, echaba por tierra todos los tópicos sobre la falta de inteligencia de los esclavos. Fue también un firme defensor del voto de la mujer e incluso llegó a tener una nominación a la Vicepresidencia de los Estados Unidos. Frederick Douglass abogaba por una negociación con los dueños de esclavos con el fin de ir eliminando la esclavitud a base de convencer de su inutilidad, lo que le granjeó bastantes enemigos entre sus propias filas que querían la abolición de la esclavitud sin concesiones.

Viajó por toda Europa defendiendo la causa del abolicionismo y puede decirse que fue el primer político afroamericano. Su obra más importante, Vida de un esclavo americano contada por el mismo, prologada por Angela Davis, una mujer militante extraordinaria. Está editado por una editorial muy interesante, Capitán Swing que publica obras apasionantes fuera de los caminos trillados y de la búsqueda del pelotazo editorial. Es una editorial distinta pero espectacular en sus elecciones editoriales.
Resultado de imagen de vida de un esclavo contada por él mismo 
    Phyllis Wheatley, autora del libro de poemas Poems on Various Subjects, publicado en 1773, dos años antes de la Guerra de Secesión, es una esclava capturada en Senegal cuando era niña. Es decir, Phyllis vivió en sus propias carnes todo el horror del tráfico de esclavos. Comprada por la familia Wheatley, fomentaron sus cualidades intelectuales permitiendo que se formara. Sus poesías fueron muy apreciadas en su tiempo y llamaron mucho la atención por haber sido escritas por una esclava. 
He aquí dos de sus poemas. Como veréis, no se puede decir que Phyllis fuese una gran defensora de la causa abolicionista ya que consideraba que había sido una suerte para ella haber llegado a América, convirtiéndose en cristiana en vez de permanecer viviendo como una pagana, lo que la horrorizaba.

A la universidad de Cambridge

Mientras que un ardor intrínseco incita a escribir, 
Las musas prometen ayudar a mi pluma; 
Hace poco que salí de mi tierra natal 
La tierra de los errores y la oscuridad egipcia: 
Padre de misericordia, fue tu mano gentil 
Me trajo a salvo de esas moradas oscuras. 
Estudiantes, a ti 'tis giv'n para escanear las alturas 
Arriba, para atravesar el espacio etéreo, 
Y marca los sistemas de los mundos giratorios. 

Aún más, hijos de ciencia recibís 
La dichosa noticia de los mensajeros del cielo, 
Cómo fluye la sangre de Jesús para tu redención. 
Verlo con las manos extendidas sobre la cruz; 
La compasión inmensa en su pecho brilla intensamente; 
Oye a los maldicientes, y no resiente su desprecio: 
¡Qué incomparable misericordia en el Hijo de Dios! 
Cuando toda la raza humana por el pecado había caído, 
Se dignó morir para resucitar, 
Y compartir con él en los cielos más sublimes, 
Vida sin muerte, y gloria sin fin. 

Mejorar sus privilegios mientras se quedan, 
Vosotros discípulos, y cada hora redimiste, que lleva 
O buen o mal informe de ti al cielo. 
Que el pecado, ese mal pernicioso para el alma, 
Por medio de vosotros os fuisteis, ni os remitiereis; 
Suprimir la serpiente mortal en su huevo. 
Ye floreciendo las plantas de la raza humana divina, 
Un Etiopía te dice que eres tu mayor enemigo; 
Su dulzura transitoria se convierte en dolor sin fin, 
Y en inmensa destrucción hunde el alma. 

SOBRE SER TRAÍDOS DE ÁFRICA A AMÉRICA


Fue la misericordia la que me trajo desde mi tierra pagana,
le enseñé a mi alma ignorante a entender
que hay un Dios, que hay un salvador también:
no lo conocía ni lo buscaba, me redimió.
Algunos vieron nuestra raza azabache con ojos de desprecio,
"Su color tiene un tinte diabólico".
Recuerden, Cristianos, Negros, negro como Caín,
puleté y únete al tren angelical.

    Alex Haley con su libro Raíces y la famosísima serie posterior indagó en sus propios orígenes para reconstruir la epopeya de muchas familias afroamericanas. Su libro fue un best-seller y el personaje de Kunta Kinte toda una leyenda de la cultura popular reforzada por el enorme éxito de la serie televisiva de factura impecable y gran presupuesto. La aparición de la obra puso de moda la genealogía entre los afroamericanos y los viajes a África en busca de las raíces en una suerte de viaje catártico. Tanto el libro como la serie tuvieron un gran impacto y, aunque la calidad literaria del libro no sea en modo alguno comparable a los aquí comentados, justo es mencionarlo.                         

El color púrpura de Alice Walker, es el libro canónico sobre la condición social de la mujer negra. Escrito de forma epistolar, no deja ningún tema por tocar. Libro sensible y tremendamente eficaz, es una obra maestra. Galardonado con el Premio Pulitzer en 1983, se creó cierta polémica en el momento de su publicación por la mala imagen que transmitía  del hombre afroamericano. Disputas aparte, es un libro extraordinario que vale la pena leer, pese a su dureza.


          
Steven Spielberg realizó una película basada sobre la obra y he decir que es magnífica. No era un libro fácil de adaptar pero Spielberg supera el reto con creces gracias a un guion sublime, a una banda sonora alucinante de Quincy Jones y a unos actores que lo dan todo y más, Danny Glover, Whoopi Goldberg, Lawrence Fishburne y Oprah Winfrey, entre otros. Desgraciadamente, en el tema premios se llevó el gato al agua "Memorias de Africa", una película en las antípodas de "El color púrpura", con unos kikuyu en plena luna de miel con los blancos en una apología de la Africa sometida a los blancos. Eso sí, todo muy bonito pero mejor no escarbar demasiado porque el fondo de la cuestión es de escándalo.

Os dejo el trailer de "El color púrpura", sin duda mucho más ajustada.

https://www.youtube.com/watch?v=mhZcncXg-3c 


TONI MORRISON Y COLSON WHITEHEAD: DOS COLOSOS MANO A MANO. BELOVED Y EL FERROCARRIL SUBTERRÁNEO, DOS MAGISTRALES APROXIMACIONES A LA ESCLAVITUD

    Toni Morrison y Colson Whitehead son dos escritores afro-americanos que nos brindan en sus dos libros: Beloved y El ferrocarril subterráneo su personal visión de la esclavitud. Dos escritores a los que separan treinta y ocho años, Toni Morrison, nacida en 1931 y Whitehead, nacido en 1969 pero que gracias a la magia de la escritura, unen sus voces para hablarnos no solo de la esclavitud, sino del racismo pasado y presente.

    Toni Morrison, que nos dejó en 2019, alcanzó fama mundial con Beloved, aunque ya era poseedora de una obra literaria magnífica. Beloved obtuvo en 1988 el siempre codiciado Premio Pulitze. La concesión del Premio Nobel en 1993 premió con todo merecimiento, una producción literaria de excelente calidad narrativa pero sin abandonar jamás la militancia activa en favor de la comunidad negra y, por extensión, de todos los oprimidos. Ella misma vivió en sus propias carnes lo que significaba ser negra y mujer, lo que la convirtió en uno de los adalides de la lucha contra la discriminación racial y la mejor defensora de los Derechos civiles en Estados Unidos. Docente universitaria y asesora en una editorial, contribuyó de manera decisiva a visibilizar la literatura afroamericana, tanto ensayos como ficción.

    Y es en este punto donde Colson Whitehead, nacido en 1969, en Nueva York, hijo de la discriminación positiva y de un mayor respeto hacia la comunidad negra, ha escrito su formidable novela El ferrocarril subterráneo. Hasta la aparición de esta novela, Whitehead era un prometedor escritor, prestigioso becario y más preocupado por temas como el desaforado consumo norteamericano  que por cualquier reivindicación de la comunidad negra. Sin embargo, El ferrocarril subterráneo, por su inigualable calidad y por la temática que aborda cuyo patrimonio moral era casi exclusivo de Toni Morrison, fue un auténtico bombazo. La crítica, con toda razón, lo ensalzó, ganando simultáneamente el Pulitzer 2017 y el National Book Award del mismo año, cosa que no pasa salvo con escritores absolutamente excepcionales y creo, sinceramente, que Whitehead lo es. 

    Estas dos novelas ofrecen dos visiones del racismo no opuestas, sino complementarias. Si Beloved recurre a lo que podríamos definir como realismo mágico para mostrar el dolor de una madre, Sethe que en plena huida de la plantación mata a su hija, la Beloved del libro para que no sea una esclava, El ferrocarril subterráneo es una brillante metáfora del racismo endémico de los Estados Unidos contemporáneos. El pretexto para mostrarnos este estado de la cuestión es la huida de Cora a través de un país del que nada puede esperar. El racismo en un paseo por la América del siglo XIX que se parece sospechosamente a la que votó a Trump. 

Si Beloved nos muestra la fractura mental y psicológica que supone la esclavitud para quienes la han sufrido, El Ferrocarril Subterráneo nos dice que ser negro en los Estados Unidos es y seguirá siendo una situación de alto riesgo. 

Dos libros imprescindibles. Estos dos libros nos sitúan perfectamente en el objetivo de este curso: "Pensar la literatura, pensar el mundo".

   

                      

Aunque hay película de Beloved y serie de El ferrocarril subterráneo, no perdáis el tiempo con la pantalla y lanzaos a la lectura de dos obras maestras.

Siguiendo nuestro lema:

PENSAR LA LITERATURA, PENSAR EL MUNDO.

Y cómo no, la lectura es

¡¡¡PARA DISFRUTAR SIN MODERACIÓN!!!