UNA HISTORIA DE AMOR Y OSCURIDAD DE AMOS OZ

 Una historia de amor y oscuridad de Amos Oz es otro de los libros que comentamos en  este curso dedicado a la visión de la Historia mostrada por los escritores. 

Amos Oz nos brinda una hermosísima autobiografía que es, en buena medida, la autobiografía del muy reciente estado de Israel pero sin duda también la de sus padres, Fania y Arié.

A lo largo de este curso hemos leído tres libros, este, Ordesa de Manuel Vilas y Novela familiar de John Lanchester cuyo punto de partida es la relación paterno-materno-filiales y los secretos dentro del núcleo familiar más íntimo.

Qué diferencias y similitudes veis entre las tres?

En esta autobiografía, sensible, emotiva y con muchos claroscuros, de ahí su título, somos testigos de cómo se fue construyendo el estado de Israel. Un estado muy polémico tanto en su nacimiento como en su posterior desarrollo. Israel, la Tierra prometida para el pueblo judío que lleva en la diáspora prácticamente desde sus inicios. 

Thedor Herzl, a quien vimos descrito en El mundo de ayer de Stefan Zweig fue el principal impulsor del sionismo, avivado por las incesantes persecuciones contra los judíos, los terribles pogroms y exacerbada con los nazis. 

            

Sin duda la creación del estado de Israel despertó las iras de los Palestinos que vivían en esas tierras y que se vieron confinados y reducidos, en este sentido los asentamientos judíos en Palestina han propiciado el auge del fundamentalismo islámico que hoy en día se ha convertido en una realidad absoluta. Amoz Oz nos muestra bien en este libro que el problema empezó siendo gordo y ha ido adquiriendo dimensiones cada vez más amplias. 

Si todos tenemos una idea más o menos concreta del nacimiento del estado de Israel, la autobiografía de Amos Oz, escrita cuando éste contaba 72 años, nos muestra cómo eran los primeros habitantes de Israel, fervientes sionistas, muchos escapados del futuro, holocausto, justo antes de las deportaciones a los campos de exterminio pero todos ellos habiendo dejado atrás a veces riquezas, otras familia, otros su propio país. Hemos leído El mundo de ayer, Stefan Zweig también era judío y, sin embargo, profundamente austríaco y de cultura alemana.

Los propios padres de Amos arrastran una historia trágica. El hermano de Arié que no quiso irse de Lituania morirá junto a su mujer y su hijo en un campo de concentración. Los padres de Fania y sus hermanas tuvieron que abandonar su próspera vida en Ukrania. Esta pérdida de referencias está sin duda en el origen del profundo malestar vital de Fania que, la llevará al suicidio cuando Amos tiene doce años y medio, como bien precisa el autor.
Una película que muestra la llegada de los refugiados judíos al nuevo estado de Israel aunque a mí me parece un poco aburrida quizás  por su extensión y también por la gran transcendencia que su director le imprime es "Exodo", película de 1960, dirigida por Otto Preminger, protagonizada por Paul Newman y Eve Marie Saint. Basada en el best-seller de Leon Uris, la verdad es que Paul Newman de judío sionista no me encaja y en general la película, a pesar de su guionista, Dalton Trumbo, de su elenco de excelentes actores y de su director, resulta demasiado hagiográfica. No obstante, fue una película muy famosa en su época y justo es mencionarla aquí.

Exodo

El anti-semitismo siempre estuvo presente a lo largo de la historia. Lo narra muy bien el historiador León Poliakov en su ya canónico Historia del anti-semitismo. Las razones son muy variadas pero la fundamental es que los judíos, primero solo lo son si su madre lo es siguiendo la máxima romana de "Mater certa est", esto evidentemente les retrae del coñazo proselitista de las religiones cristianas  o incluso de la musulmana cuyo máximo objetivo es la salvación de todas las almas posibles pero también porque los judíos no condenaban la usura, lo que les permitía hacer préstamos, práctica ésta que tanto el cristianismo como los musulmanes en principio, no practicaban.

Por otra parte, la religión judía, como muy bien muestra Amos Oz en su libro, es muy conceptual, con numerosos exégetas y una cosmovisión muy elaborada. Esto no ha impedido que haya dado lugar a aberraciones del tipo que muestra la serie Unorthodox que aunque basada en la obra y la experiencia vital de una escritora judía de esta comunidad, ha obligado a salir al paso de lo que ahí se muestra al mismísimo Presidente de la Federación de Comunidades Judías en España para decir que los hassídicos ortodoxos viven poco más que una realidad paralela y que esto no tiene nada que ver con los judíos "normales",  sobre todo con respecto al trato a las mujeres que, no nos engañemos, todas las religiones intentan mantener en un segundo plano.

Unorthodox

Hablando de las mujeres, el trato que se les dispensa en Una historia de amor y oscuridad no es tampoco muy allá. En general, las mujeres pueden asistir a las reuniones pero como meras oyentes, pocas veces pueden hablar y cuando lo hacen, aunque no se las censura, causa cierta extrañeza. Así, en casa  del egregio Yosef Klausner, su mujer Tsippora está pendiente de los más nimios detalles domésticos y por supuesto de servir la mesa y cocinar. Cuidadora y cocinera sin mayores horizontes a pesar de su tierna relación con su marido, muy maternal. Por otra parte, ser madre constituye una renuncia a cualquier ambición profesional. Quizás a este modelo, escapa Fania, la madre de Amos, aunque no logra superar su insatisfactorio estatus de ama de casa y también la abuela Schlomitt, la campeona de la lucha contra los gérmenes que vistió a su hijo Arié como una niña durante sus primeros años de vida porque es lo que le hubiera gustado tener. Un escritor famoso, Oscar Wilde, pasó por esta misma vicisitud. 

      

Oscar Wilde                                                           Oscar Wilde y su madre

La infancia de Amos Oz transcurre en un país lleno de tensiones, de hecho uno de sus juegos más habituales es el de jugar a la guerra. Esta tensión se percibe en las conversaciones de los mayores, porque además muchos de ellos han llegado a Israel escapando de la guerra en Europa.

Pero también transcurre entre libros, apiñados en el pequeño apartamento que comparte con sus padres. Amos Oz, en este libro posee un estilo narrativo decimonónico, no en vano el sustrato cultural de sus padres se compone de Balzac, de Tchekhov, de Dovstoieski, de Tolstoi, entre muchos otros por señalar solo las referencias más conocidas sin contar con la riquísima literatura judía. Amos Oz ha recreado este ambiente propio de la literatura del XIX añadiéndole el toque contemporáneo que conforma su propia vida. Las descripciones son prolijas para que entendamos bien cuál es el contexto en el que vive esta familia. El amor por los libros, por la cultura será el rasgo principal de la formación  de Amos. 

Amos Oz es un sabra, un judío nacido en Israel. Sus padres, políglotas con varios idiomas en su haber, solo le hablan, sin embargo en hebreo porque desean fervientemente que Amos sea un judío libre y orgulloso de serlo. Y es que Amos Oz lo dice bien claramente, en los años 20 y 30, los únicos europeos de verdad eran los judíos, cosmopolitas, amantes del arte.  A este respecto, una película maravillosa que vimos este curso en el Cine-club "La dama de oro", película de 2015 dirigida por Simon Curtis y protagonizada por Helen Mirren, Ryan Reynolds y Daniel Brülh.

La dama de oro

El hebreo es un idioma que los Klauser no dominan a la perfección y que siguen aprendiendo. Los abuelos de Amos, Alexander y Schlomitt, ésta última, todo un carácter , siguen hablando en ruso o en yiddish. De hecho, Agnon, el archi-enemigo de Yosef Klausner es uno de los modernizadores del hebreo para adaptarlo a la época contemporánea.

En este sentido, quisiera mencionaros un libro publicado antes de la pandemia y que quizás vaya a pasar desapercibido, lo cual sería una verdadera lástima. Se titula Nuestro hombre. Richard Holbrooke y el fin del siglo americano escrito por George Packer (Debate). En este libro, Packer, a través de la biografía de uno de los responsables de la política norteamericana en la guerra de Afganistán y de los Balkanes, nos relata la decadencia política de Norteamérica cuyo corolario final ha sido la victoria del fantoche llamado Donald Trump como Presidente de ese país. Esto viene a cuento porque Holbrooke es judío, sus padres habían nacido en Europa y conocido el profundo anti-semitismo por lo que al llegar a Estados Unidos, americanizaron sus nombres y se asimilaron hasta tal punto que educaron a sus hijos en una escuela cuáquera. Porqué?: "El Viejo Mundo no había dado más que problemas a ambas ramas de la familia. Los Holbrooke ya no eran judíos. Eran estadounidenses" (pág. 20).

El padre de Amos, Arié, profesor frustrado en parte por sus lazos familiares con Yosef Klausner a cuya casa peregrinan todos los sábados en un ritual con un itinerario preciso y una serie de normas, es un bibliotecario que llena su vida intelectual quizás en detrimento de Fania.  También este libro es un paseo por la Jerusalén en construcción donde vemos la politización de Israel. Hay una escena en este libro, cuando los Klausner llaman a Tel-Aviv donde Amos nos muestra magistralmente ese miedo a la fragilidad de la existencia, a la incertidumbre de lo que pasará mañana. Una movida para una llamada muy breve y de contenido totalmente insustancial pero una afirmación que la vida sigue!!!

Amos es un niño imaginativo, solitario, hijo único, aplicado, una especie de wonderboy al que sus padres exhiben ante amigos y conocidos. Querido y protegido, el suicidio de su madre le dejará desamparado, además de abrir una brecha con su padre que le llevará a cambiar su apellido e irse a vivir a un kibbutz donde residirá durante treinta y cuatro años.

La profunda crisis de su madre es producto de unas expectativas fallidas sobre Israel. Como lo explica muy bien Amos por boca de Sonia, su tía, Israel era un mito, la confrontación con la realidad, la lucha por la vida diaria, el papel de perfecta ama de casa y madre ejemplar, un matrimonio con un hombre bueno, de alto nivel intelectual pero con sus propias frustraciones no permiten a Fania encontrar su sitio. Por otra parte, Amos nos indica que en Praga donde estudió tuvo una vida bastante libre, incluso desde el punto de vista amoroso. 

El libro nos muestra muy bien la degradación anímica de Fania y el apoyo de su marido y su hijo, unidos ante la imposibilidad de Fania de hacerse cargo de la casa. No obstante, Arié sale por las noches y todo nos deja pensar que busca una compañía amorosa. Algunos indicios de los que Amos es poco consciente, ya que es demasiado pequeño, dejan entrever que la relación de Fania y Arié no fue precisamente muy armónica. 

Una historia de amor y oscuridad es también una autobiografía intelectual del propio Amos Oz. Oz se burla de las novelas demasiado introspectivas, aunque probablemente esta obra que comentamos tenga grandes dosis de introspectividad pero no para mostrar una especie de "mal de vivre" inacabable y estéril sino cómo los avatares históricos influyen en la vida de las personas de una manera indeleble.
Amos Oz define la escritura como construir París en detalle con cerillas. Insiste en que para escribir una narración de ochenta mil palabras, se necesita tomar un cuarto de millón de decisiones, no solo sobre la intriga o el desarrollo del relato sino también sobre qué adjetivo utilizar o cómo acabar la frase: si  con un punto, con punto y coma, o con puntos suspensivos. En efecto, la literatura es fondo pero también forma. El impacto de un texto sobre el lector viene dado siempre por la forma en que ese fondo es presentado: las palabras, los silencios, que también los hay en literatura... Creo que en este libro el silencio, lo que no se dice, lo que se calla porque duele demasiado o por incapacidad en la expresión está tratado magistralmente.

Si queréis saber más sobre la forma de escribir de Amos Oz, dos libros muy iluminadores: Los judíos y las palabras, escrito con su hija (atención al nombre) y De qué está hecha una manzana?. Conversaciones con Shira Hadad, su editora israelí. Dos libros para descubrir el intelectua, la persona probablemente ya la conocemos.


                 

Amos Oz es un escritor muy prolífico. No he leído ni muchísimo menos toda su obra pero es ésta una literatura que a pesar de ser muy local, rara vez sus libros suceden fuera de las fronteras de Israel, adquiere tintes universales, lo que convierte a Amos Oz en un autor de verdad. Su estilo tiene poco que ver con el que utiliza en Una historia de amor y oscuridad, suele ser muy directo y nada proclive a reflexiones interminables sobre la condición humana o el sentimiento amoroso. Sus personajes viven en la urgencia, en un cierto miedo a la muerte y en ese desgarro entre la tradición y la modernidad que es la contradicción misma del estado de Israel.

Mis recomendaciones:

- La caja negra.
- Contra el fanatismo.
- Un descanso verdadero.
- Tierra de chacales.
- Mi querido Mijael.

Estos cinco libros os darán una visión muy detallada de la obra de este gran escritor.

LITERATURA ISRAELÍ: EL GOZO CONSTANTE

La literatura israelí es actualmente una de las más interesantes. Tiene autores como por ejemplo la primera que mencionaré aquí, la tristemente fallecida Batya Gur. Fue la segunda escritora que comentamos en este Club de Lectura hace ya seis años. Esta autora escribe novela negra para poner en tela de juicio los mitos sobre la construcción de Israel, desde los kibbutz hasta la televisión, pasando por la literatura.
He leído todas las novelas negras de Batya Gur protagonizadas por Michael Ohayon, este detective muy crítico con los judíos ultra-ortodoxos, que ha nacido y vive en Jerusalén, divorciado y padre de un hijo adolescente con el que intenta llevarse lo mejor posible. Los casos que debe investigar son una auténtica indagación por el lado oscuro de Israel.

Mis favoritas:

- Asesinato en el kibbutz. Un caso comunitario.
- Un asesinato literario. Un caso crítico.
- El asesinato del sábado por la mañana. Un caso psicoanalítico.
- Asesinato en directo. Un caso de televisión.
- Asesinato en el corazón de Jerusalén. Un caso pasional.

Una maravilla todas!!!

Otro autor muy recomendable es Abraham B. Yehoshua y muy particularmente os animo a leer La novia liberada. Como no podía ser de otro modo, Yehoshua es un férrreo defensor de un estado palestino dentro de Israel y ha sido uno de los promotores de esa reconciliación entre judíos y palestinos que a día de hoy parece más lejana que nunca. En esta novela, sutil, misteriosa, con un estilo literario que nos recuerda a los cuentos árabes por su cadencia, su protagonista Yojanán Riblin, Profesor de literatura hebrea, intenta por una parte, rastrear en los textos árabes antiguos las raíces del conflicto entre judíos y árabes y, por la otra entender las razones por las que su hijo mayor se ha divorciado de la noche a la mañana. La sabia dosificación del plano personal y el político hacen de este libro una obra maestra. No os la perdáis!!!!

                           

David Grossman, el otro gran autor israelí que cierra el triumvirato estelar compuesto por Amos Oz y Yehoshua es también un gran seguidor del movimiento de paz por la unificación de Israelíes y Palestinos, lo cual tiene más mérito si cabe ya que su hijo falleció durante el cumplimiento de su servicio militar obligatorio por una bala perdida. Muy crítico con Netanyahu, es una referencia moral y un activista por la paz. 

Su obra más conocida es La vida entera, con muchas referencias personales y autobiográficas, narra el periplo por Israel de una madre que cree que si no está en casa, no podrá recibir el telegrama anunciándole la muerte de su hijo, enrolado voluntario en el ejército. Es un libro muy emotivo sin caer en ningún momento en el lagrimeo ni en la emoción barata, muy al contrario es un testimonio del dolor y la angustia por el ser querido cuyo retorno es incierto.

En Delirio, Grossman describe la paranoia del que ve enemigos por todas partes. La mujer de Shaul sale de casa todas las tardes para ir a nadar pero éste va creando una paranoia en la que va envolviendo al lector donde está convencido que su mujer le engaña con alguien con quien puede dar rienda suelta a todos sus deseos,  hasta tal punto que decidirá salir a buscarla acompañado por su cuñada. Lo que vamos a descubrir es a dos personas que solo pueden definirse a través del enemigo, una metáfora del propio estado de Israel.

Tú serás mi cuchillo es uno de mis libros favoritos de Grossman. Narra la relación epistolar entre Yair y Miriam, dos personas de mediana edad con vidas separadas que sin embargo, vivirán una profunda historia de amor a través de las palabras. En un nada disimulado homenaje a las cartas que se escribieran Kafka y Milena Jesenka, Grossman nos invita a recrearnos en el poder de las palabras como única fuente de descubrimiento de uno mismo y del otro. Es una gozada de escritura y una gran novela de amor.

Por su libro Gran Cabaret, Grossman ganó el prestigioso premio Man Booker International Prize. Es un libro espléndido, siempre con la situación política de Israel en trasfondo, narra la historia de un reencuentro entre dos amigos de juventud. Con Grossman la decepción es imposible.

                         

No quisiera dejar de mencionar al ensayista israelí más famoso en la actualidad, Yuval Noah Harari, autor de dos ensayos muy interesantes e innovadores, Sapiens y Homo Deus. El primero es la original y apasionante investigación sobre cómo un mono bastante debilucho llegó a dominar el planeta, mientras que el segundo aporta nuevas claves a la dominación de los algoritmos en nuestras vidas. Dos libros logradísimos cuyas tesis admiten discusión pero cuya brillantez e incluso radicalidad, que no lleva nunca hasta el final,  nos invitan a la reflexión. Eso sí, Harari opta siempre por la social democracia y la prevalencia de un capitalismo light.  Revolucionarios, abstenerse.

SERIES ISRAELÍES: LA PESADILLA DE NETANYAHU

Benjamin Netanyahu es el actual Primer Ministro de Israel. Un personaje siniestro, de la misma catadura moral que Donald Trump con el que, por supuesto, se lleva a las mil maravillas. Eso sí, el pobre Benjamin tiene una sólida cruz ya no solo con los escritores sino también con los creadores de series que siempre ponen buenas dosis críticas contra la cruenta política del gobierno israelí con los palestinos.

Primera serie, "Hatufim", de la que se ha inspirado la celebérrima "Homeland". El punto de partida de esta serie es la vuelta a casa de dos prisioneros israelíes liberados tras arduas negociaciones. Convertidos en héroes nacionales, su integración tanto en la sociedad como en sus propias familias será extraordinariamente complicada. Una pequeña discordancia en el relato de ambos prisioneros hará que los Servicios Secretos sospechen que podrían haber sido abducidos mentalmente por sus captores y convertidos en potenciales terroristas. Dos temporadas vibrantes que constituyen una crítica a la paranoia xenófoba de las autoridades israelíes además de poner en tela de juicio los victimismos de una sociedad en guerrra enquistada en el conflicto.

Hatufim

"Our boys" (Nuestros chicos) es otra serie israelí que ha roto moldes a la hora de mostrar el enfrentamiento entre israelíes y palestinos. En esta serie, tres jóvenes judíos son secuestrados y durante varios días se les busca denodadamente, convirtiéndolos en mártires especialmente por los judíos ultraortodoxos pero también buena parte de la sociedad israelí. El descubrimiento de sus cuerpos llevará al paroxismo de una violencia donde impera la Ley del Talión. 

Pocas veces tendremos ocasión de ver el interior de la sociedad hasídica y ultraortodoxa con un realismo tan absoluto. Es una serie espectacular, con una tensión muy bien llevada y que no decae nunca además de ser una radiografía bastante inquietante de las derivas teocráticas en el interior de un país de frágiles fronteras. A Netanyahu esta serie no le gustó nada y de hecho intentó boicotearla, afortunadamente con poco éxito.

Nuestros chicos

Por último, "Fauda" una serie que nos mete de lleno en el Mossad, el servicio secreto más eficaz del mundo para lo bueno y para lo malo, sobre todo lo malo. Esta serie nos muestra un comando especial que persigue terroristas de Hamás y lo que haga falta para salvaguardar la seguridad nacional. Fauda que significa "caos" en árabe está imbuida de un gran pesimismo que transforma la acción de este comando en una especie de fracaso existencial del estado de Israel. Es excelente y de gran potencia visual.

Fauda

Siguiendo el lema de nuestro Club 

¡¡¡PARA DISFRUTAR SIN MODERACIÓN!!!