En nuestra próxima sesión del Club de Lectura comentaremos el libro El Mundo de Ayer: Memorias de un Europeo de Stefan Zweig. Estas memorias, mucho más que una simple biografía al uso, es un fresco histórico que va desde finales del siglo XIX hasta 1939, cuando estalla la Segunda Guerra Mundial.En estas Memorias, Stefan Zweig nos da algunas pinceladas de su vida personal e íntima pero es más un pretexto para mostrarnos cómo era la vida bajo los Habsburgo, cuando todavía regía el imperio austro-húngaro y cómo tras la Primera Guerra Mundial, Austria deja de ser una potencia para convertirse en un epígono de Alemania. La poderosa monarquía austríaca, tras setecientos años der reinado cae tras la Primera Guerra Mundial, momento que recoge Zweig en la impresionante escena de la estación de tren en que los partidarios del Emperador Carlos lo ven marchar asomado a la ventanilla del vagón.
La monarquía de los Habsburgo y, concretamente la emperatriz Elizabeth, la inolvidable Sissí ha sido objeto de veneración popular. Procedente de la nobleza bávara, Sissí no estaba destinada a ser Reina, no siendo educada para ello, ese papel estaba reservado para su hermana mayor. Sin embargo, y a pesar de sonar algo edulcorado, el Emperador Francisco José se enamoró perdidamente de Sissí, casándose con ella con la férrea oposición de su madre, la Archiduquesa Sofía que ha pasado a la cultura popular como el ejemplo de suegra malvada.. Sissí nunca encajó en la rígida corte austríaca. Aún así, entró en la leyenda gracias a la inolvidable Romy Schneider, la mejor encarnación cinematográfica de esta Emperatriz que nunca quiso serlo. Abajo, Elizabeth y trailer de las películas de Sissí Emperatriz.
Stefan Zweig fue, con toda probabilidad, el escritor más conocido en su tiempo. Tras la Segunda Guerra Mundial, cayó en el olvido ya que, en cierta manera, su obra representaba esa vieja Europa de las buenas maneras en las que ya nadie creía tras el segundo conflicto europeo, lo cual es totalmente falso ya que Zweig habló de todo en sus libros, eso sí con una gran delicadeza. Conoció a los grandes hombres de su tiempo, Thedor Herzl (fundador de Israel), Freud (al que dedica un emocionado capítulo en sus Memorias), Romain Rolland (escritor hoy secundario pero gran azote de las conciencias en Europa y un hombre moral en el más noble sentido de la palabra) al que también dedica emotivas páginas en nuestro libro y el gran Máximo Gorki, el escritor que de la Revolución Rusa.
Romain Rolland Máximo Gorki
Zweig fue pacifista, europeísta convencido, habría sido un gran defensor del programa ERASMUS y del Euro, un hombre europeo que no pudo soportar el exilio, verse privado de su biblioteca, de su colección de manuscritos y partituras originales. Era europeo hasta la médula, a pesar de su cosmpolitismo, judío austríaco aunque mucho más austríaco que judío, un hombre de razón y tolerancia pero, sobre todo, un intelectual que sufrió en sus propias carnes la vileza de la sinrazón. Zweig no pudo soportar empezar de cero a sus sesenta años, sin lectores, sin sus referencias culturales a mano, sin su vida... Decidió suicidarse junto a su mujer Lotte, en su casa de Petrópolis (Brasil) en 1942, no quería volver a ver a su amada Europa destrozada. Un libro que expresa bien ese convencimiento de la unión europea cultural, idea tan querida por Zweig es El legado de Europa, una serie de ensayos en los que nuestro autor habla de los creadores que hicieron de Europa una gran potencia cultural.
En España, la editorial Acantilado ha publicado toda la obra de Stefan Zweig gracias al empeño personal y a la vasta cultura del malogrado Jaume Vallcorba, un editor de los de antes, de la estirpe de los Max Perkins o Jorge Herralde. Además de Zweig, Vallcorba hizo un esfuerzo considerable por publicar esos autores mitteleuropeos, y otros grandes nombres de la cultura europea, sin los cuáles el mundo sería infinitamente peor. Vaya aquí mi más sentido homenaje a un hombre de cultura.
La obra de Stefan Zweig es ingente, escribió de todo, ya sabemos por sus Memorias que empezó escribiendo poesía influido por Hoffmansthal y Rilke, cuyo talento no deja de alabar en sus Memorias. Y es que Zweig creció en la Viena imperial, en la de Klimt, de Mahler, de Schnitzler.
Klimt y uno de sus cuadros, "Serpientes acuáticas", muy característico de la forma de pintar de Klimt, aquí arriba.
Arthur Schnitzler, de quien también habla Zweig en sus Memorias, era médico, judío aunque muy escéptico y muy admirado por Freud. Escribió un libro que retrata muy bien esa efervescencia cultural de Viena de la que también nos habla Zweig, se titula Juventud vienesa, cómo no podría ser de otra forma publicado por Acantilado pero que, a diferencia de la evocación más elegíaca de Zweig va bastante más al grano en cuanto a las múltiples posibilidades de toda índole que se le ofrecía a un joven curioso, despierto e inteligente como Schnitzler. Una verdadera maravilla.
Schnitzler es todavía hoy representado en los teatros del mundo por su obra La ronda, que, por su audaz temática sexual, fue prohibida en el momento de su estreno y perseguida con ahínco por las siempre enfebrecidas autoridades morales ya que está protagonizada por una pareja de amantes que van acóstandose con otros que a su vez lo hacen con otros, en una ronda de emparejamientos sexuales. Esta obra, que pretendía denunciar la hipocresía de la pacata sociedad vienesa, recorre mediante estos encuentros todo el espectro social de la época. Sigue siendo tan vigente como entonces.
Rainer María Rilke es otro de los grandes nombres de esta Edad de Oro vienesa. Su poesía es bastante hermética y sinceramente solo he leído por encima Las elegías de Duino, su obra más conocida. Pero, si Rilke ha escrito un libro hermoso, ése es Cartas a un joven poeta. Destinadas al joven poeta Kappus, fueron publicadas por éste tras la muerte de Rilke y constituyen un magnífico compendio de su pensamiento y de su arte. Una auténtica maravilla.
LA OBRA DE STEFAN ZWEIG: SIMPLEMENTE INDISPENSABLE
Stefan Zweig es un escritor admirable, de fácil lectura pero de gran profundidad. Escribió poesía, ensayos, novelas, novelas cortas, no se le resistió ningún género y, salvo su poesía, que desconozco totalmente, ha brillado en todo lo que ha escrito.
Sus biografías son espléndidas, sabemos por sus Memorias que Stefan Zweig se documentaba hasta la saciedad para escribirlas y se nota. María Estuardo, Fouché, Magallanes y la espléndida María Antonieta son biografías soberbias, atentas al matiz, al contexto de la época, a las propias vivencias de los personajes. Tiene, además, Zweig el talento para escoger personajes que dan mucho juego, bien por su carácter, bien por las circunstancias históricas, así, por ejemplo, Fouché, encarnación del político amoral y sin escrúpulos, es retratado por Zweig en sus justas proporciones, sin añadirle más hiel de la necesaria pero resaltando su enorme inteligencia y su supervivencia en un mundo convulso por el que no quería ser arrastrado. De lectura obligatoria para todos aquéllos interesados en política.
Magallanes, en cambio, es un libro de aventuras clásico y es que la gesta de este navegador es alucinante. Zweig nos brinda un libro erudito, completo, sin citas agobio, con un rigor digno del mejor académico y una prosa que engancha desde el primer momento. Para mí, Zweig es mi ejemplo de escritura ensayística. Es un portento y nadie lo ha superado. Zweig, en su humildad, desaparece ante la magnitud del personaje y eso hace que no quiera mostrar su sapiencia, sino que cede totalmente el protagonismo a su biografiado. Una generosidad semejante no la he encontrado en ningún autor. Eso hace que estas biografías se devoren.
Ya hemos leído en sus Memorias cómo Stefan Zweig "descubrió" a María Estuardo, la Reina, fundamentalista católica, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, hermanastra de Isabel I. Su celo en luchar contra la reforma de su padre, ha dado origen a un cocktail, el Bloody Mary, creo que con esto queda dicho todo. Stefan Zweig ha escrito una biografía interesantísima donde nos narra la difícil infancia de María, el bombazo de Enrique VIII al divorciarse de su madre, eso sí no se atrevió a guillotinarla como a las demás, su enorme frustración como Reina y como mujer sin hijos. No obvia ningún aspecto negativo pero tampoco escatima los positivos, que también los tenía. Otro ejemplo más del gran talento de nuestro autor.
Otra historia es la biografía de María Antonieta, la esposa de Luis XVI, reina decapitada tras la Revolución francesa. Se dice que esta biografía fue encargada por el gobierno austriaco que quería rehabilitar la imagen de una reina que ha pasado a la historia popularmente como una frívola insensible a los sufrimientos de su pueblo. Zweig, sin evitar la indudable indiferencia de esta reina hacia su pueblo, ensalza su figura en sus momentos finales, antes de su decapitación, para mostrarnos una mujer que se enfrenta a su destino con entereza e incluso sentido del deber. Un portento de biografía.
Su biografía de Erasmo de Rotterdom es casi una autobiografía. Zweig se sentía muy identificado con el sabio holandés que también tuvo que vivir en un mundo enloquecido, siendo un adepto de la razón. El título mismo de la biografía lo dice todo: Erasmo de Rotterdam: triunfo y tragedia. La libertad de pensamiento, por la que luchó toda su vida Zweig es también el combate del teólogo neerlandés. Zweig siempre escribe más allá de los hechos biográficos y en esta ocasión también nos describe el contexto en el que Erasmo tuvo que desenvolverse, en la dictadura de una Iglesia corrupta, convirtiéndose en el máximo inspirador intelectual de la Reforma de Lutero. Un libro imprescindible.
Si Erasmo de Rotterdam es una referencia ineludible para Zweig, hizo bien patente sus reservas con Calvino, en un libro extrañamente muy militante titulado Castellio contra Calvino: Conciencia contra violencia. En esta obra se narra el combate de la tolerancia contra la intolerancia, del humanismo contra el fanatismo, de la conciencia frente a la violencia. Castellio, que se levantó contra Calvino, "un mosquito contra un elefante", como tan gráficamente escribe Zweig en este libro. Todo empieza cuando Calvino apresa a Miguel Servet, médico y teólogo que osó discrepar de las teorías de Calvino. Servet murió en la hoguera. Castellio decide escribir un libro contra Calvino a favor del humanismo y la libertad de pensamiento pero, enterado Calvino de las intenciones de Castellio, impidió su publicación. Castellio no podía por menos que atraer a Zweig y así escribió uno de sus mejores libros.
Momentos estelares de la Humanidad: catorce miniaturas históricas es el libro más delicioso que pueda leerse. Muy divulgativo, como todos los libros de nuestro autor, Zweig parte de la premisa que la casualidad y el último minuto dominan los grandes acontecimientos históricos. Compuesto por diferentes episodios, es un prodigio de entretenimiento y del famoso "enseñar deleitando". De lectura obligatoria.
En esta entrada de blog especialmente dedicada a Stefan Zweig al que profeso una gran admiración, me gustaría hablar de dos biografías literarias que me han encantado. La primera, la que nuestro autor dedica a Montaigne, de mismo nombre, otro ensayista muy en sintonía con Zweig por su canto a la tolerancia, su ecuanimidad, su amor a la cultura y su aborrecimiento de la autoridad arbitraria. Montaigne vivió durante la Guerra de las Religiones en Francia entre protestantes y católicos, actuando siempre en favor de la concordia y hay que decir que fue respetado tanto por unos como por otros. Gran cultivador de la soledad como ayuda para la reflexión, escribió toda su obra en su torre situada cerca de Burdeos. Es un libro precioso, conocer a Montaigne y leerlo es una obligación para todos.
La torre de Montaigne donde escribió sus Ensayos
Tres maestros: Balzac, Dickens, Dovstoieski, mi ensayo favorito de Zweig porque, entre otras cosas, escribe sobre tres de mis escritores de cabecera, también lo eran de nuestro autor. Un recorrido, ligero pero riguroso sobre tres escritores decimonónicos no superados. Escribir así sobre literatura es algo dado a muy pocos. Para mí, solo Vargas Llosa es capaz de escribir de libros y autores al mismo nivel que Zweig y es que ambos son grandes escritores porque antes que nada han sido grandes lectores. Y es que escribir requiere leer de verdad. Zweig y Vargas Llosa, dos portentos de escritura y de lectura.
No me gustaría dejar pasar la faceta de novelista de Stefan Zweig porque es, como no podría ser de otro modo, excelente.
Veinticuatro horas de la vida de una mujer, novela corta pero de una intensidad extrema narra cómo la huida de una mujer casada con un hombre llevará a la protagonista de esta obra a rememorar sus propias dudas ante la aparición del amor en una cómoda vida burguesa. Novela intimista, femenina, donde cada palabra tiene valor y ninguna sobra, es un prodigio de concisión y de excelente eficacia narrativa.
Carta de una desconocida es la historia de un amor fiel cuyo destinatario no lo merece, un escritor de éxito, desgarrado entre una naturaleza hedonista y despreocupada y un rigor y disciplina extremos como escritor. El día de sus 41 años el personaje del escritor recibe la carta de una desconocida donde le comunica la historia de su amor por él, cómo toda su vida ha vivido pendiente de sus encuentros, que es el padre de su hijo pero que nunca ha querido molestarle con ese tema y que las rosas blancas que recibe en sus cumpleaños se las envía ella para que nunca la olvide. La muerte del hijo en común es lo que ha decidido a nuestra desconocida a escribirle. Es un cuento triste porque el escritor no tiene ni idea de quién es esta mujer, de hecho en su momento la confundió con una prostituta y, al final de la novela, sigue sin situarla.
Esta historia, que podría ser un rollo lacrimógeno es un auténtico canto al amor desinteresado y generoso precisamente porque en 72 páginas se describe la entrega de una mujer, sin ninguna floritura.
Hay película y qué película!!! Dirigida por Max Ophüls y protagonizada por Jean Fontaine y Louis Jourdan es una maravilla y su fotografía en blanco y negro es espléndida. De visión obligatoria!!!
Max Ophuls también adaptó para el cine La ronda de Arthur Schnitzler con los mejores actores franceses de la época en una película muy lograda aunque alejada de la crudeza de la obra original. Por si os apetece verla, aquí trailer.
La impaciencia del corazón es una obra maestra por la inteligencia y habilidad con que Zweig trata la situación. La historia, ambientada durante la guerra del 14, que solo se menciona de pasada, nos narra la trágica historia del amor de Edith por Anton Hoffmiller, un guapo oficial que está destinado en un pequeño y aburrido pueblo entre Viena y Budapest. Acabará conociendo a Lajos von Kekesfalva, un rico propietario que invita a nuestro oficial a un baile en su castillo. Ahí conocerá a Edith, la joven hija del propietario a la que invitará a un baile pero, no sabe que está afectada de parálisis. A partir de ese momento, por causa de una piedad mal entendida, de la indecisión, y de la falta de sinceridad, asistiremos a unos trágicos acontecimientos. Está tan bien narrado, los personajes tienen tantos matices, es una historia donde se ve cómo nadie quiere que pasen las cosas pero pasan por su propia culpa, además de ser un estudio extraordinario de cómo los sentimientos mal encauzados acaban pasando una enorme factura.
En esta ocasión más que nunca,
¡¡¡ PARA DISFRUTAR SIN MODERACIÓN!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario