Colm Toibin se mete con una increíble maestría en la piel de Henry James, dándonos una visión muy acertada de una personalidad tan esquiva como la de este autor. Aunque totalmente imbuido del espíritu victoriano en su vida cotidiana, James no es un escritor victoriano. Al igual que Oscar Wilde, de quien abundantemente se habla en este libro, quien revolucionó los códigos teatrales por no hablar de su comportamiento público, Henry James es ya el precursor de esa narración emocional y subjetiva de autores modernistas como Virginia Woolf.
Colm Toibin, crítico literario y novelista, ha sabido tratar en esta novela con delicadeza y discreción, un tema bastante espinoso como el de la homosexualidad de Henry James sobre el que no tiene dudas. Como habréis podido imaginar, Tóibin es abiertamente homosexual, lo cual tiene mérito siendo irlandés, un país de profunda raigambre católica, al igual que lo era Oscar Wilde. Toibin ha protagonizado numerosas polémicas en su país por defender su opción sexual. Es autor de varias novelas, todas centradas en la difícil vida irlandesa, muchas veces protagonizadas por mujeres que luchan por salir adelante en medio del machismo y el catolicismo más opresivos como es el caso de Nora Webster. Personalmente creo que la novela que comentaremos es la mejor que ha escrito aunque no quisiera dejar de mencionar el libro Nuevas maneras de matar a tu madre (Lumen, 2013), un delicioso y erudito libro sobre las difíciles relaciones de algunos escritores con sus madres y donde Toibin defiende la tesis que ninguna heroína victoriana tiene madre ya que éstas son la pesadez personificada y necesitan estar muertas para que sus hijas puedan vivir una vida más interesante. Comprobadlo con los libros del año pasado.... Por cierto, la madre de Henry James y ese síndrome de Munchausen incipiente, es digno de señalarse. Impagable el médico que trató a Henry.
El libro, estructurado en forma de analepsis, parte del gran fracaso de la única obra teatral de James, Guy Domville, en la que tenía fraguadas grandes esperanzas, tanto artísticas como financieras pero que, al obligarlo a volver a la ficción, permitió que James refinara su técnica narrativa y nos regalara las joyas de las que ahora podemos disfrutar. También tuvo mala pata que su rival fuera Oscar Wilde... Colm Toibin nos habla del proceso de creación de James, sin duda uno de los elementos más interesantes de la novela, de la soledad del autor que no encaja con su sociedad pero también de su tremendo egoísmo, del desarraigo, del ser inglés sin serlo pero también de la impotencia de la mujer inteligente, que no se conforma con el matrimonio y la maternidad y de las dificultades y amargura que suele ocasionar en la mujer de la época. Es también esta novela una crónica acertadísima de esos riquísimos expatriados americanos que, como en el caso de los Eliott, no son italianos pero tampoco americanos, del choque de mentalidades entre una América, aparentemente, sin clases y dinámica y una Europa que ya se estaba convirtiendo en el parque temático del conocimiento y la cultura que ha acabado por ser.
En definitiva, un libro lleno de sensaciones, de impresiones que tendremos ocasión de comentar.
Curiosamente, el mismo año en que se publicó el libro de Colm Toibin, David Lodge, el hasta ahora conocido autor de novelas de campus, donde satirizaba el mundo universitario inglés, sacó a la luz el libro El autor! El autor! (en Anagrama), también sobre Henry James. Si recordáis el título hace alusión a la demanda del público tras el estentóreo fracaso de Guy Domville.
Este libro, que no tuvo el éxito esperado al verse oscurecido por la superior calidad del de Toibin, es sin embargo, muy bueno y nos muestra una imagen parecida pero diferente de James. Os lo recomiendo muchísimo porque, además, nos muestra la mala suerte de James. Si en el teatro, tuvo que competir con Wilde (imposible), en la ficción tuvo que competir con un autor de segunda, que ha pasado a la historia literaria por ser el padre de Daphne du Maurier, la autora de Rebeca (la de la película de Hitchcock). George du Maurier, que así se llamaba el progenitor, además de ser íntimo amigo de James, escribió una novela Trilby, una historia delirante de hipnotismo y espiritismo, pero que conectó inmediatamente con el público de la época, relegando a un último plano las novelas de nuestro Henry. Viendo cómo se las trae con los espíritus el hermano de Henry, William, por otra parte, un eminentísimo psiquiatra cuya teoría sobre el flujo de la conciencia, influyó a todos los escritores modernistas, no nos extraña ni un ápice el éxito de Mr. De Maurier.
Os recomiendo el libro de David Lodge. Aunque hay escenas parecidas, que no iguales, os va a gustar. Ambos libros se complementan a la perfección.
Henry James es un autor canónico, Harold Bloom, el gran crítico literario, lo ha nombrado el Shakespeare de la prosa. No le falta razón. Es un autor que, en mi opinión, hay que haber leído. Os recomendaría que empezárais por Washington Square y Las bostonianas (libro éste formidable), Los papeles de Aspern o Daisy Miller para luego seguir con las tres novelas arriba mencionadas. Me apuesto lo que queráis a que os convertís en sacerdotes o sacerdotisas de la orden de Henry James. Su lectura, poco exigente en comparación con lo que ofrece y leerle es entrar y disfrutar de una cumbre literaria que pocas veces se ha alcanzado. Único problema: tras Henry James, los demás escritores os parecerán aprendices. La literatura tiene estas cosas....
Todas las obras de Henry James se han adaptado al cine ya que sus obras contienen muchos diálogos y, parecen fáciles de filmar. Sin embargo, aunque las adaptaciones han sido fastuosas, en escenarios naturales, con actores maravillosos y muy jamesianos, no logran transmitir la tensión emocional, cultural, sexual, de desarraigo y de clase que con tanta claridad nos muestra James. Mi preferida es "Retrato de una dama", dirigida por Jane Campion, de quien veremos en el Cine-club "Un ángel en mi mesa". Porqué? Porque Nicole Kidman es una gran Isabel Archer pero sobre todo porque John Malkovich será siempre el mejor Gilbert Osmond posible. Aquí el tráiler:
Como anécdota, os contaré que Paola Brunetti, la mujer del comisario veneciano Guido Brunetti, es una profesora universitaria especialista de Henry James, un hermosísimo homenaje de Donna Leon a este escritor, ya que sale en todas sus novelas.
Si sois lectoras/es de Edith Wharton, ésta es, en cierto modo, una continuación natural, con mayor talento, si cabe de la obra de Henry James. Sus personajes son tan ricos como los de Henry James pero más aristocráticos, más deudores de las buenas maneras pero sobre todo de la más absoluta de las hipocresías. Ahí, los aristócratas tienen apellidos que empiezan por "Van.." los descendientes de los primeros colonos holandeses, la crème de la crème y viven en enormes, aunque no siempre lujosas mansiones en la pacata, provinciana, e implacable Nueva York. Es un mundo de apariencias, de férrero darwinismo, donde las emociones están reprimidas hasta el paroxismo, en definitiva la infelicidad total. Uno de los libros que ilustra muy bien este microcosmos es La edad de la inocencia. Newland Archer, enamorado de la inasible y divorciada Ellen Olenska, no tendrá escapatoria para vivir conforme a sus verdaderos sentimientos, de eso se encargará May Welland, la prima de Ellen, la perfecta prometida, buena conocedora de los códigos de su sociedad que no va a dejar escapar al buen partido que es Newland, aún sabiendo que éste no se casa por amor. Aún así, lograrán ser un matrimonio ejemplar, bien cimentado en el dinero y una excelente posición social.
La película de Martin Scorsese es sensacional, si Michelle Pfeiffer como la Condesa Olenska es perfecta y Daniel Day-Lewis como Newland es único, debo decir que Winona Ryder como May está que se sale. Cásting perfecto y, en el caso de ésta última, pluscuamperfecto!!! El tráiler, cómo no:
En la estela de Retrato de una dama, Edith Wharton creó el personaje de Lily Bart, una mujer que lo tiene todo para triunfar, buena posición, belleza, pero que por su clasismo y su arrogancia, dejará pasar la oportunidad de encontrar el verdadero amor, lo que acabará en tragedia. Se trata de La casa de la alegría, una de las mejoras novelas de nuestra autora que siempre fue extremadamente sensible a los numerosos obstáculos que el linaje, la posición social y el dinero exigían de las personas pertenecientes a una determinada clase social en detrimento de la verdadera personalidad.
Es, junto a Ethan Frome, la novela más crítica de Edith Wharton. Edith Wharton y Henry James mantuvieron una gran amistad, particularmente en forma epistolar. Las cartas que se intercambiaban no iban para nada de cotilleos sino del arte de escribir ficción y constituyen en sí mismas toda una teoría de la novela. No están publicadas en España pero sí la obra El arte de la novela. Prefacios críticos (Cuadernos de Langre, 2017) donde James nos da una lección de buen gusto literario, además de regalarnos una altura de miras que para sí quisieran muchos de los críticos literarios actuales.
IRLANDA, TIERRA DE GIGANTES LITERARIOS:
Irlanda es un país de folklore, de baladas tristes, de paisajes agrestes, pero el lugar que ha visto nacer más y mejores escritores por metro cuadrado. Si Henry James, aunque norteamericano de nacimiento pero con sangre irlandesa por vía paterna es ya un ejemplo, qué decir de Oscar Wilde, de Yeats, de Joyce, de Edna O'Brien, de John Banville/ Benjamin Black, de Colum McCann o de Samuel Beckett. Un ramillete espléndido de autores que han dado a Irlanda un lugar preeminente en las letras universales.
De Oscar Wilde poco puede decirse literariamente hablando. Renovador del teatro, se alejó completamente de los parámetros teatrales imperantes en la época para poner en escena comedias con frases absolutamente geniales como por ejemplo "Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo". o "Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie" .Desde luego que Oscar Wilde no se conformó con existir, ni tampoco con no estar en boca de nadie. Fue un autor adorado, adulado y admirado pero su apasionada relación con Lord Alfred Douglas y su empecinamiento en acudir a juicio le destrozaron la vida. Jamás pudo recuperarse de su estancia en la cárcel de Reading, se rompió por dentro. Nos dejó el inmenso legado de sus obras de teatro y, por supuesto el De Profundis, una epístola desgarrada para el querido Dougie que, naturalmente continuó con su vida de pijo consentido sin importarle un pimiento ni lo que sucediera con Wilde ni nada que no fueran sus propios placeres.
De los escritores norteamericanos que vinieron a Europa buscando cosmopolitismo, caras y paisajes nuevos, hablaré más extensamente con Ignacio Martínez de Pisón y Enterrar a los Muertos.
Es, junto a Ethan Frome, la novela más crítica de Edith Wharton. Edith Wharton y Henry James mantuvieron una gran amistad, particularmente en forma epistolar. Las cartas que se intercambiaban no iban para nada de cotilleos sino del arte de escribir ficción y constituyen en sí mismas toda una teoría de la novela. No están publicadas en España pero sí la obra El arte de la novela. Prefacios críticos (Cuadernos de Langre, 2017) donde James nos da una lección de buen gusto literario, además de regalarnos una altura de miras que para sí quisieran muchos de los críticos literarios actuales.
IRLANDA, TIERRA DE GIGANTES LITERARIOS:
Irlanda es un país de folklore, de baladas tristes, de paisajes agrestes, pero el lugar que ha visto nacer más y mejores escritores por metro cuadrado. Si Henry James, aunque norteamericano de nacimiento pero con sangre irlandesa por vía paterna es ya un ejemplo, qué decir de Oscar Wilde, de Yeats, de Joyce, de Edna O'Brien, de John Banville/ Benjamin Black, de Colum McCann o de Samuel Beckett. Un ramillete espléndido de autores que han dado a Irlanda un lugar preeminente en las letras universales.
De Oscar Wilde poco puede decirse literariamente hablando. Renovador del teatro, se alejó completamente de los parámetros teatrales imperantes en la época para poner en escena comedias con frases absolutamente geniales como por ejemplo "Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo". o "Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie" .Desde luego que Oscar Wilde no se conformó con existir, ni tampoco con no estar en boca de nadie. Fue un autor adorado, adulado y admirado pero su apasionada relación con Lord Alfred Douglas y su empecinamiento en acudir a juicio le destrozaron la vida. Jamás pudo recuperarse de su estancia en la cárcel de Reading, se rompió por dentro. Nos dejó el inmenso legado de sus obras de teatro y, por supuesto el De Profundis, una epístola desgarrada para el querido Dougie que, naturalmente continuó con su vida de pijo consentido sin importarle un pimiento ni lo que sucediera con Wilde ni nada que no fueran sus propios placeres.
Irlanda es tierra de grandes poetas y William Butler Yeats es, sin duda, el más grande. Premio Nobel de Literatura, místico, patriota irlandés, renovó la poesía irlandesa liberándola del corsé victoriano británico, además de anticipar el surrealismo y de adscribirse al simbolismo, la corriente poética mayoritaria en Europa en la época. Su secretario fue el ínclito Ezra Pound, un joven poeta, introductor de los haikus en lengua inglesa. Acabaría preso tras la Segunda Guerra Mundial por su apoyo a los nazis. En la foto de la izquierda Yeats, en la de la derecha, Pound, joven poeta simbolista fiero, fuerte y excéntirico. Pudo hasta con Yeats.
Yeats escribió numerosos poemas de amor. Si el amor es el tema poético por excelencia, Yeats convirtió el carpe diem amoroso en una exaltación de los sentidos, modernizando el tema de la rosa y la belleza. He aquí dos ejemplos:
El amante habla de la rosa en su corazón
Todas las cosas feas y rotas, todas las cosas gastadas y viejas,
El llanto de un niño junto al camino, el crujido de una carreta cargada,
Los pasos duros del arador sobre el moho inviernal,
Dañan tu imagen que hace brotar una rosa en el fondo de mi corazón.
El mal de las cosas informes es un mal demasiado grande para ser dicho;
Anhelo crearlas de nuevo y sentarme lejos en una colina verde,
Con la tierra y el cielo y el agua, vueltos a hacer, como un cofre de oro
Para tu imagen en mis sueños, que hace brotar una rosa en el fondo de mi corazón.
El llanto de un niño junto al camino, el crujido de una carreta cargada,
Los pasos duros del arador sobre el moho inviernal,
Dañan tu imagen que hace brotar una rosa en el fondo de mi corazón.
El mal de las cosas informes es un mal demasiado grande para ser dicho;
Anhelo crearlas de nuevo y sentarme lejos en una colina verde,
Con la tierra y el cielo y el agua, vueltos a hacer, como un cofre de oro
Para tu imagen en mis sueños, que hace brotar una rosa en el fondo de mi corazón.
El más famoso:
¿Quién soñó que la Belleza pasa cómo un Sueño?
¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?
Por estos rojos labios, con todo su cansado orgullo,
tan tristes ya, que ninguna maravilla pueden presagiar,
Troya se nos fue con destello fúnebre y violento,
y los hijos de Usna nos han abandonado.
Desfilamos, y desfila con nosotros el mundo atareado
entre las almas de los hombres, que se despiden y ceden su puesto
como las pálidas aguas en su glacial carrera;
Bajo estrellas que pasan, espuma de los cielos,
sigue viviendo este rostro solitario.
Inclinaos, arcángeles, en vuestra sombría morada:
Antes de que existierais y antes de que ningún corazón latiera,
rendida y amable permanecía junto a su trono;
la Belleza hizo que el mundo fuera una senda de hierba
para que Ella posara sus pies errantes.
¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?
Por estos rojos labios, con todo su cansado orgullo,
tan tristes ya, que ninguna maravilla pueden presagiar,
Troya se nos fue con destello fúnebre y violento,
y los hijos de Usna nos han abandonado.
Desfilamos, y desfila con nosotros el mundo atareado
entre las almas de los hombres, que se despiden y ceden su puesto
como las pálidas aguas en su glacial carrera;
Bajo estrellas que pasan, espuma de los cielos,
sigue viviendo este rostro solitario.
Inclinaos, arcángeles, en vuestra sombría morada:
Antes de que existierais y antes de que ningún corazón latiera,
rendida y amable permanecía junto a su trono;
la Belleza hizo que el mundo fuera una senda de hierba
para que Ella posara sus pies errantes.
James Joyce, autor de Ulysses, necesitaría todo una entrada de blog para hablar de él. Escritor modernista por excelencia, no ha sido superado. Las vicisitudes y las prohibiciones que acompañaron al Ulises han sido retratadas de manera excelsa por Kevin Birmingham en un libro de crítica literaria, para mí, imprescindible: El libro más peligroso (Es Pop Ensayo, 2016). Leer este libro te hace amar el Ulises aunque no lo entiendas a la primera. Hay muchas guías de lectura de este libro por lo que no hay demasiada excusa para no acercarse a él. Pero, Joyce también escribió Dublineses, un libro de relatos cortos. Los muertos, el último, es sencillamente una obra maestra sobre la muerte, no solo física sino también espiritual y emocional. Retrato del artista adolescente es la novela del aprendizaje vital y lierario de Stephen Dedalus en un Dublín triste, horrendo, clerical y opresivo. Por supuesto, también se armó un buen revuelo que culminaría con Ulysses y su implacable persecución por parte de los bien pensantes que, como bien sabemos, lo suyo no es leer.
Beckett es Esperando a Godot, Molloy o Los días felices. Creador del experimentalismo, cambió de idioma pasándose al francés, así tradujo algunas de sus obras de la etapa irlandesa al francés. Esperando a Godot es una de las obras teatrales más representadas del mundo. Quién es Godot? Es Dios? Dos mendigos se pasan toda la obra esperando a este misterioso personaje. Representante del pesimismo y el nihilismo teatral, no es una obra para todos los gustos y es muy deudora de un existencialismo llevado al límite pero, dicho esto, es un autor canónico que debemos conocer. Os pongo debajo de la foto del tenebroso Beckett, un tráiler de la representación de Godot por el Centro Dramático Nacional. Hay que ver una obra de Beckett por lo menos una vez en la vida.
Edna O'Brian es una maravillosa escritora que ha descrito en sus novelas la terrible opresión de la Iglesia Católica sobre la mujer y cómo la siempre odiada Pérfida Albión es percibida como la tierra de libertad como así lo fue para la propia Edna quien, en todas sus obras, habla de ella misma. Chicas felizmente casadas, Las chicas de campo y La chica de ojos verdes son unas novelas extraordinarias, escritas sin concesiones, con toda la rabia y la fuerza que esta joven escritora de 86 años es capaz de transmitir para recordarnos que ser mujer no siempre es fácil y que en la juventud de Edna ser mujer en Irlanda era particularmente difícil. Su último libro, Un lugar pagano, de obligada lectura. Qué suerte tener a esta jovencísima pelirroja de 86 años entre nosotros!!!
Colum McCann es la nueva generación de autores irlandeses. A caballo entre los Estados Unidos y su Irlanda natal, es un autor muy dotado y se ha especializado en narrar la diáspora irlandesa hacia los Estados Unidos. Transatlántico y Que el vasto mundo siga girando, son dos excelentes novelas, construidas al estilo clásico pero con vigor y mucho talento. Colum Mccann es un autor muy joven cuya original narrativa promete excelentes cosechas literarias. Es un autor a seguir. Os lo recomiendo de veras!!!
Para John Banville, alias Benjamin Black os remito a este enlace, el de la primera entrada del blog del Club de Lectura, hace ya cuatro años:
Baste decir que conoceremos a Francis Scott Fitzgerald, John Dos Passos o Ernest Hemingway, sobre todo el primero, uno de los mejores y más grandes novelistas que han dado los Estados Unidos, la primera potencia literaria en calidad del mundo.Fitzgerald es grande porque escribió El gran Gatsby, una novela perfecta. No tengo nada más que añadir. Perdón, solo una cosa,
¡¡¡PARA DISFRUTAR SIN MODERACIÓN!!!
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